La agrupación que hoy nos convoca es una One Man Band que recientemente ha adoptado el atmospheric death-doom metal como su género musical regente. Originaria de Chile, Rise to the Sky, cuenta con solo un integrante: Sergio G., cuya producción musical en este proyecto se inicia en 2019. A pesar del escaso tiempo transcurrido, cuenta ya con un larga duración en 2019 («Moonlight»), un EP en 2020 («The Grave of a Forgotten Soul»), y su próximo lanzamiento discográfico, del cual nos ocuparemos hoy: «Death Will Not Keep Us Apart», larga duración que verá la luz el próximo 9 de octubre del corriente año.
En cuanto al sonido, el disco está cargado de una atmósfera depresiva y fatalista. No es un disco arrollador ni agresivo sino más bien triste, si lo enfocamos desde la perspectiva de sus letras (lo cual le daría un toque también conceptual, ya que a lo largo de los siete temas se desarrolla la historia de una pareja que intenta huir de la muerte en medio del apocalipsis, en un mundo devastado y futurista, aunque no tan lejano. De cómo finalmente no lo logran por completo y, ante la posibilidad de que solo uno de ellos logre escapar a la desolación y la muerte segura, deciden perecer los dos, en la esperanza de continuar su amor en el más allá) entonces podríamos decir que hasta es un disco derrotista, que convence de la completa inutilidad de la vida.
La instrumentalización es impecable, muy bien lograda, cuenta con guitarras como el elemento más sobresaliente, pesada, cargada y distorsionada, batería, muy lenta, ya que el ritmo es absolutamente lento (desalentadora y desesperantemente lento). El toque atmosférico está dado por los teclados, que más que atmosférica, por momentos dan una sensación sinfónica, sobre todo en los primeros dos cortes. En cuanto a las voces, predomina el gutural, en forma de growl, pero se complementa con voces limpias, en los tracks 4 y 7.
En conjunto, se trata de una producción lenta, depresiva, que genera una sensación de desaliento y tristeza, todo esto logrado a través de riffs y baterías muy lentas, cargadas, teclados un tanto más «sinfónicos», y growls combinados con voces limpias, por momentos actuando como coros sinfónicos.
En lo personal, esta producción me pareció genial, me gusta, es para personas de diversos gustos musicales. Lo puede encontrar interesante quien acostumbra escuchar música extrema como quien escucha más bien música gótica o sinfónica, inclusive quien no escuche rock o metal en absoluto y prefiere más la música orquestal, porque cubre todos esos gustos musicales, además de ser una producción con buena calidad de sonido y de desempeño instrumental.
Nota: 9
Autora: Irene Adler
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