Crítica: Vrademargk – Arrelats (2021)


Despacio, sin prisas, pero con una sensación de peligro inminente constante, la vida va fluyendo. A veces, bueno, en realidad muy pocas veces, lo hace para bien. El resto del tiempo hay que soportar grandes temporales. Mientras eso ocurre, las base, la raíz de lo que somos se extiende en lo más profundo de nuestra alma. Nos otorga identidad propia y única. Sin embargo, muchos deciden obviarse a sí mismos, intentando contentar a todo lo que le rodea: sociedad, amigos, familiares, creándose unas expectativas que lejos de hacernos felices, tan solo acaba por atormentarnos. Justo en ese intervalo vital, el raigón comienza a pudrirse y con él, la propia persona. Si no me creéis, miradme a mí. Ya no puedo ni quiero seguir así. Esta carta está dirigida para todos vosotros, con la esperanza de que abráis los ojos y seáis lo que realmente sois. No contentad a nada ni a nadie, hacedme caso, si no, acabaréis marchitándoos.
Bienvenidos al universo de Vrademargk.

Tras ocho largos años sin editar material nuevo, los Melo Death metaleros Vrademargk volverán a la carga el próximo 9 de abril de 2021 con su tercer L.P «Arrelats».

El actual line up del grupo es: Manel Rodríguez (batería), Rafael Ruíz (guitarra), Jordi Urbano (voz), Germán Padierna (bajo).

Hay que ponerse muy, pero que muy quisquilloso para sacar algún fallo a lo que a todas miras es toda una obra maestra. Madre del amor hermoso, os puedo prometer que la larga espera que los catalanes nos han hecho pasar ha valido más que la pena. Cada tonada desprende una cantidad de melancolía e ira impresionante, demostrando una vez más la escena española tiene un nivel de calidad que nada tiene que envidiar a la de cualquier país del mundo. El denominador común en las composiciones es la velocidad. Esa característica, para los amantes de las emociones fuertes como un servidor es un plus a la hora de poner nota final, que dicho sea de paso, supongo que ya os la estaréis imaginando ¿no? Por ser innecesariamente puntilloso, creo que el talón de Aquiles es la producción A ver, no penséis mal. El álbum suena de lujo, mas me dio la sensación de que le faltaba algo de cuerpo al sonido. Por lo demás, ya os digo, obra inmaculada.

Impresionantes acometidas de tremolo picking, dobles armonías y dramatismo hallaréis en las seis cuerdas. Si no se os acelera el corazón con los riffs de Rafael Ruíz, es que simplemente no os gusta el Metal Extremo de corte apesadumbrado.

Anecdóticamente, irrumpen barítonos narrados, aunque lo que predomina en el apartado vocal con muchísima diferencia son los growls. Como apunte, si os gusta la lírica en catalán estáis de enhorabuena. Sobra que diga más ¿verdad?

Perpetuamente dinámica y cambiante es la percusión. Como ya iba relatando en párrafos anteriores, lo que prima son los up tempos y los blast beats. Eso sí, se levanta el pie del acelerador siempre que sea necesario.

¿Destacaría algún corte?, claro, todos. Sin duda es uno de los redondos del año. Desde aquí, animo a todo el mundo a que una vez salga al mercado se haga con una copia. ¡Imprescindible!

Nota: 9,9
Autor: Chus

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