Crítica: Carnal Tomb – Embalmed in Decay (2023)


Esputos desde el Infierno. La infernal de hoy es Erzsébet Báthory, la Condesa Sangrienta (1560-1614). Segunda parte. En el Siglo XVI, los castigos a las clases pobres servidoras de sus amos, dueños de tierras y propiedades, era algo común en las familias poderosas del este de Europa. Ello circunscribe las situaciones de indefensión a la que se veían abocadas las víctimas futuras de Báthory. Entre 1585 y 1589, dio a luz a sus tres hijas y a su único hijo. En 1604, con 44 años, quedó viuda tras una enfermedad fulminante de su cónyuge, convirtiéndose en la dueña absoluta del señorío territorial. Es cuando llegan las primeras acusaciones de práctica de la magia negra y el empleo de la sangre de muchachas jóvenes, hallándose en su castillo a las jóvenes torturadas en estado de exanguinación y un gran número de cadáveres en los alrededores de la fortaleza. Siendo citada a juicio, no se presentó aduciendo sus derechos aristocráticos. Sus ayudantes sí se presentaron forzadamente, centrándose la acusación en las muertes de las jóvenes nobles, no así de la servidumbre, que carecía de valor jurídico. Fueron todos ejecutados de un modo cruento, excepto la ayudante más joven, de catorce años, que <<salvó la vida por petición expresa de una superviviente>>, recibiendo la pena de cien latigazos.

El disco de hoy es el LP «Embalmed in Decay» (Embalsamado en descomposición) de los berlineses Carnal Tomb (Tumba carnal), un cuarteto alemán practicante de Metal Muerto de la vieja escuela de Estocolmo.

Formados en 2014, este es su tercer larga duración, siendo publicado el 3 de noviembre de 2023 a través del sello alemán Testimony Records en edición limitada y en formato vinilo, cd digipak, cassette y digital.

La portada acusa cierto abigarramiento cromático, cumpliendo su cometido de un modo eficaz. El nombre del grupo se lee con cierta dificultad, mientras que el título del álbum es perfectamente legible.

La producción es cuidada y nítida, con esmero en los detalles sonoros y ritmos que se ajustan a los tiempos fundamentales, lento, medio y rápido, con partes muy aceleradas.

El disco ofrenda una breve instrumental de inicio con piano y voces corales sintetizadas junto a 8 canciones, sumando un total de 38 minutos y 58 segundos.

La voz, única y reverberada, emite un registro de profunda cavernosidad rugiente, siendo totalmente entendible. En momentos adecuados genera el inefable sonido sincopado de contracción. Señalar la participación vocal del cantante de Decaying Purity y Engulfed en el tema ‘Draped in Disgust‘ (Envuelto en náuseas).

Las guitarras aceradas desprenden una fuerza depurada y fluida, con unos solos fantásticos desde la primera canción ‘The Putridarium‘ (El pudridero), aunque no se incluyen, curiosamente, en la composición homónima del álbum. En ‘Morgue Usurper‘ (El usurpador de la morgue) ¡se atreven con inconfundibles pasajes de Metal Apaleador! y en ‘Cataclysmic Maze‘ (Laberinto cataclísmico) ¡se revisten con un genial aura indie de cuerdas limpias!

El bajo de seis cuerdas sin trastes roza la excelencia mediante una creatividad presente y vital, con reminiscencias butlerianas y toques progresivos, por ejemplo, en la mencionada ‘The Putridarium‘, ‘Draped in Disgust‘ o en ‘Morgue Usurper‘ (El usurpador de la morgue).

La batería se ajusta con delectación a los ritmos citados en los parches, los platos y el doble pedal, en simbiosis con su hermana en las pautas rítmicas.

Esputo final: un trabajo recomendable de inmediato efecto vivificante.

Nota: 8
Autor: Deader.

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