Crítica: Jesusegg – Second Coming (2019)


El hijo de Dios decía ser. Sus enseñanzas cada vez eran más populares, haciendo tambalear los cimientos morales del mismísimo imperio. No se podía permitir que esa persona siguiese viviendo. Después de darle castigo y muerte, sus restos fueron llevados a una cueva. El resto de la historia está escrito en las denominadas escrituras sagradas. Sin embargo, si alguien hubiese entrado en la caverna, hubiese visto como una especie de cúpula ahuevada formada por multitud de ramas arropaba su cuerpo. Sus heridas comenzaron a supurar un extraño líquido esmeralda, a la vez que se iban sanando. El aspecto cambió por completo, mostrando su verdadero ser. La piel era grisácea y escamosa, mientras que los ojos eran enormes y completamente negros. Aquel que fue considerado como el primogénito del Hacedor, no era de la Tierra. ¿Acaso el ser humano ha sido desde el mismo momento de su concepción tan solo un experimento de una civilización más antigua que el mismo tiempo?…
Bienvenidos al universo de Jesusegg.

Seeing Red Records, lanzará el 26 de julio de 2019 el nuevo trabajo de los Grindcoretas Jesusegg, llamado «Second Coming». 

Su line up es: Matt Phillips (voz), Cole Martinez (guitarra), Jamie Bibbs (guitarra), Jon Vinson (batería).

Once minutos y quince temas. Vaya tela señores. Desde luego, si al igual que yo, sois amantes de la celeridad más insana, vais a disfrutar sobremanera con la propuesta del cuarteto en cuestión. Supongo que lo habré dicho en más de una ocasión, pero no puedo parar de pensar ni de repetir lo siguiente: siempre me ha sorprendido y me sorprenderá, el hecho de que se puedan crear tantos giros de recorrido por tonada en tan leve minutaje. Por otro lado, os aseguro que el plástico no os sonará a banda del montón. Las razones de lo que acabo de comentaros, no son otras que unas leves y puntuales inclusiones de guitarrazos punzantes, desenfadados y a golpes, que introducen cuando les viene en gana a los de Cleveland. Personalmente, para mí eso sobra, pero no se puede negar que le da un toque único a su música. En otro orden de cosas, como era de esperar, la producción es orgánica pero no embarullada. Por cierto, ¿no os llama la atención el artwork? Genial portada.

Las seis cuerdas son asfixiantes. Ya lo dejaba de caer en el párrafo anterior, aquí la rapidez es lo que prima. Agarraos, que se os viene encima al darle al play al disco en cuestión un chaparrón de riffs fluidos, embistes de palm mute pesados, y por supuesto arranques a lo Hardcore Old School.

En los tiempos que corren, ya es un clásico que las agrupaciones usen dos registros vocales diferentes. Efectivamente, os toparéis con ese recurso, deleitándoos con guturales agudos rasgados y otros más cavernosos.

¿Cómo van a ir los tambores? Pues a toda castaña. Qué no falten los «golpes relámpago» ni los up tempos más salvajes. 

Me han llamado especialmente la atención ‘Diuretic Orgasm’ y ‘Gunt Hunt’. ¡Qué traca por el amor de Odín!

Amigos de lo descarnado, tenéis que escuchar esta acometida sónica.

Nota: 8
Autor: Chus

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