Crítica: Skin Tortured – Massive Genocide (2020)


Como reses al matadero. Así fue la descerebrada población masculina a alistarse a filas. Algunos eran auténticos niños que querían demostrarse a sí mismo y al mundo que eran hombres. Les esperaba el falso honor de defender un país que nada había hecho por ellos más que esclavizarlos en trabajos insufribles y ahogarlos en unas deudas inventadas por los peces gordos. La inmensa mayoría, ni tan siquiera cuando estaban agonizando en el campo de batalla se preguntó durante un segundo la razón de que ninguno de los políticos que habían originado tal contienda estuviesen a su lado peleando. El número de víctimas en ambos bandos fue incalculable, como también lo fue, es y será la estupidez del ser humano…
Bienvenidos al universo de Skin Tortured.

El 27 de octubre de 2020, apareció el E.P debut de los Death metaleros Skin Tortured llamado «Massive Genocide».

El line up del conjunto es el siguiente: Jorge Lobo (bajo, programador de batería), Jon Ander Esteban (guitarra), Ioritz Rosa Gutiérrez (guitarra y voz).

No sé si os ocurrirá a vosotros cuando lo hagáis, pero en mi caso, el primer Extended Play del power trio vasco me ha dejado sin palabras. Señoras y señores, durante los tres cortes, cuatro si contamos el outro final, la calidad se sale por los cuatro costados, exhibiendo un estado de forma impecable a la par que perfecto en materia de composición y ejecución. Pocas pegas puedo llegar a poner. Si acaso, y porque un servidor es algo quisquilloso, podría apuntar el hecho de que la batería no sea real y en ocasiones de forma muy puntual se nota por exceso de celeridad en los blasts. Por lo demás, nada negativo que objetar.

Trepidantes y peligrosamente intensas son las seis cuerdas. Para lograr dichas sensaciones, Jon Ander Esteban y Ioritz Rosa Gutiérrez nos regalan un letal escaparate de riffs fluidos y contundentes. Tampoco se dejan atrás los embistes de tremolo picking. Para mi regocijo, descubrí pinceladas de técnica extra. Ah, y poca broma con los solos. Os dejarán sin aliento.

Dentro del apartado vocal no hay sobresalto alguno. Se agradece que solo exista un registro basado en brutales growls. Si buscáis clean vocals o la mezcla de guturales agudos rasgados con otros más profundos, mejor que vayáis en busca de otro conjunto.

Ya lo comenté en el párrafo principal, la percusión es «irreal». No está mal conseguida ni mucho menos, todo lo contrario. De hecho, podría haber pasado por real si no fuese por ciertos momentos en los que los «golpes relámpago» son inhumanamente veloces. Eso sí, ojalá que en un futuro consigan tener a alguien tras un kit de tambores de verdad.

Especialmente me machacaron los sesos ‘Terror Mantle‘ y ‘Skin Tortured‘. Por el amor de Odín, ¡qué maravilla!

El maldito 2020 no está matando de muchas formas. A pesar de ello, y dentro de todo lo malo que está ocurriendo, nos está trayendo dentro del ámbito de la música extrema cosas tan buenas como la que hoy me he dedicado a comentaros. No dudéis en catarlo.

Nota: 9
Autor: Chus

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