Crítica: Morbid Saint – Swallowed by Hell (2024)

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Hacía ya diez años que se infiltró. En un principio, pensó que no duraría ni dos minutos con aquellos bastardos, y que su temperamento lo delataría. Sin embargo, consiguió engañarlos tanto a sí mismo como a ellos. Cada noche al volver a casa solo pensaba una cosa: acabar con sus vidas. Con el pasar de los años, descubrió que se podía sentir mucho más odio del que nunca hubiera imaginado. Lo que no llegaba a discernir, era el hecho de la paciencia y la sangre fría que había demostrado. En tan solo unas horas acabaría la farsa, su vida, y esperaba que la de los mimados trajeaditos que lo miraban por encima del hombro. Les rebanaría el estómago para acto seguido sacar sus intestinos y ahorcarlos con ellos. Sí, eso era exactamente lo que pensaba hacer. Por supuesto de uno en uno. Cada mes a partir del inicio de la masacre asesinaría a otro miembro del partido político. ¿Quién desconfiaría de un fiel, educado uy sobre todo eficiente guardaespaldas? Tenía que hacerlo bien….
Bienvenidos al universo de Morbid Saint.

«Swallowed by Hell» es el título del tercer trabajo de los Thrash metaleros Morbid Saint. Será lanzado por High Roller Records el 9 de febrero de 2024.

La alineación actual del combo es: Pat Lind (voz), Jay Visser (guitarra), Jim Fergades (guitarra), Bob Zabel (bajo), DJ Bagemehl (batería).

Los americanos han tenido un retorno completamente triunfal. Tras la friolera de 9 años de espera desde su anterior «Destruction System», los míticos Thrashers vuelven a la carga demostrando con creces que siguen siendo una fuerza imparable dentro del género que ejecutan. Es más, más quisieran Kreator o algunas de las vacas sagradas manufacturar un plástico del calibre de «Swallowed by Hell». Lo que aquí prima es el salvajismo y la celeridad, con la intención de no solo no aburrir en ningún momento, sino también de no dar un solo segundo respiro al oyente, convirtiendo su escucha en una experiencia peligrosamente intensa, no apta para posers.

Las «hachas» rebosan violencia por los cuatro costados, mostrando unos riffs afilados hasta decir basta. Sorprenden las leves inclusiones de dobles armonías y los anecdóticos e ínfimos ataques de tremolo picking. Con los solos hay que quitarse el sombrero. Son simple y llanamente letales.

Sin experimentación ni pamplinas nos llegan los registros vocales. Es imposible escupir más mala baba por silaba, de verdad os lo digo.

Poca broma con el bajo. El instrumento en cuestión se luce especialmente en ‘Bloody Floors‘, ‘Fear Incarnate‘, ‘Bleed Them Dry‘ y ‘Pine Tuxedo‘.

A mil por hora son aporreados los parches. Por supuesto, desacelera si la ocasión lo requiere, adquiriendo así la siempre necesaria versatilidad y variabilidad.

Todo el álbum me ha gustado sobremanera. Ahora bien, especialmente me maravillaron la inicial ‘Rise from the Ashes‘ y la anteriormente mencionada ‘Fear Incarnate‘.

Thrashers del mundo, necesitáis comprar el redondo que hoy os he comentado.

Nota: 8,5
Autor: Chus

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