Crítica: Street Tombs – Reclusive Decay (2023)


Antes de que pudiese reaccionar, fue empujado al interior de la gruta. La caída no fue importante. A pesar de estar algo dolorido, pudo incorporarse sin problema. Era consciente de que era absurdo gritar para pedir ayuda. Allí ya no había nadie que quisiese hacerlo. De seguro, Qalkrok estaba a no micha distancia riendo a carcajadas y pensando que de allí no podría salir con vida. Se sentó un instante, respiró hondo y decidió explorar el lugar. No había mucha luz, así que tenía que aprovechar bien las pocas horas de sol que quedaban para hallar la manera de escapar. Al cabo de no más de media hora, se topó con lo que a todas miras era una tela de araña gigante. No podía romperla, y tampoco era capaz de moverse demasiado. Deseó que la que de seguro era una gran tejedora ya no viviese. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El monstruoso arácnido apareció. Lo roció con un líquido esmeralda viscoso. La cabeza comenzó a darle vueltas. Estaba a punto de perder el conocimiento. Fue entonces cuando fue consciente de que estaba a punto de ser devorado….
Bienvenidos al universo de Sreet Tombs.

Los Death metaleros Street Tombs, lanzaron el pasado 17 de febrero de 2023 su primer L.P «Reclusive Decay» con la ayuda de Carbonized Records.

La alineación del conjunto consta de los siguientes miembros: Damian Jacoby (guitarra y voces), David McMaster (guitarra y voces), Ben Brodsky (batería), Galen Baudhuin (bajo).

«Reclusive Decay» es un disco sólido que hace pasar un buen rato. Sin embargo, tampoco nos engañemos, durante el trascurso de los 6 tracks que lo componen, en ningún instante ocurre algo que llame de verdad la atención. Transcurren más bien sin pena ni gloria. Y es una lástima, ya que, si de verdad hubiesen pisado el acelerador a fondo, e incluido mayor variedad en los giros de dirección tanto de percusión como de «hachas», la cosa hubiese mejorado muchísimo.

Los riffs son fluidos y oscuros, exhibiendo en ocasiones cierto regustillo «thrasher». La lead guitar trabaja poco. Al hacerlo, no os hará saltar del sofá, mas desde luego no os disgustará.

Agradezco enormemente que dentro de las voces no introdujesen un doble registro. Tampoco hay clean vocals ni nada raro. Si queréis un solo tipo de gutural, estáis de enhorabuena.

Como ya os he ido diciendo en el párrafo principal, los tambores van a mid y up tempos de pulso lento. No esperéis «golpes relámpago» ya que no hay ni uno.

Ninguna canción desentona. Digo esto, porque me es imposible recomendar alguna en concreto. El nivel, para bien o para mal, según se mire, se mantiene intacto de principio a fin.

En conclusión, ¿me ha gustado el Elepé en cuestión? Sí y no. Un disco más. Echadle un oído vosotros a ver que os parece.

Nota: 5,5
Autor: Chus

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