Crítica: Mallus Spiritus – Vultures of Despair (2022)


Después de varios días de golpizas, pensaba que lo dejarían ir. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Le comentaron que iban a usar lo último en tortura. Salieron de la sala en completo silencio. No supo cuánto tiempo tardaron en llegar, pero se le hizo una eternidad. Culpa de ello lo tenía por supuesto el miedo y el increíble dolor que sentía en el rostro. Cada centímetro de su cara palpitaba. Se imaginaba a sí mismo como el hombre elefante. Era consciente de que estaba desfigurado por completo, y que ni el mejor cirujano plástico del mundo podría arreglarlo ya. De repente, los captores volvieron. Uno de ellos tenía una gran jeringuilla repleta de un líquido esmeralda. Le susurraron al oído que la carne se le pudriría. Primero de las zonas afectadas por la paliza, y después pasaría al resto del cuerpo. Tan solo tenía que cantar y el tormento pararía. ¿Merecía la pena morir? se preguntó antes de sentir como la sustancia le recorría las venas…
Bienvenidos al universo de Mallus Spiritus.

«Vultures of Despair» es el título del Elepé debut de Mallus Spiritus. Salió al mercado el pasado 12 de diciembre de 2022 gracias a Raging Planet Records. 

Jorman Khaos (todos los instrumentos) y RP Possessed (voz), son los padres de este maléfico engendro sónico.

La propuesta del dúo portugués es cuanto menos personal, otra cosa ya es si llega a gustar o no. En mi caso, he de confesar que no me ha hecho demasiada gracia. Ejecutan un Black con toques industriales, donde si la ocasión lo requiere, no dudan en meterle algo de Thrash a las seis cuerdas. Dentro de las 10 tonadas que lo componen, es imposible negar que hay momentos estelares que dejan maravillado a cualquiera. No obstante, la «irregularidad compositiva» acaba haciendo estragos, dando la sensación de falta de solidez.

Gélidas, disonantes y oscuras son las «hachas». Vaya, todo lo que un blacker puede pedir. Por supuesto, no faltan las dobles armonías ni los embistes de tremolo picking. Como decía en el párrafo principal y aun a riesgo de repetirme, tropezaréis con pinceladas de «Metal Apaleador».

El apartado vocal es para echar de comer aparte. Shrieks, voces limpias oscuras, clean vocals narradas o distorsionadas… Hay de todo para los metalheads más macabros. Eso sí, lo que predomina es el registro iracundo. Menos mal.

La percusión suele ir a medio gas, aunque no faltan instantes de up tempos, tanto de pulso lento como violentos.

Shepherds of Deception‘ y ‘Resume to Nothingness‘ han sido mis canciones predilectas. Por cierto, la vena más «máquina» sale a la luz en ‘Passageway‘.

Tal vez no me guste el Long Play en cuestión, mas solo por no ser una copia barata de otras bandas tienen mi aprobado.

Nota: 5,5 
Autor: Chus 

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