Crítica: Ghoul – Live in the Flesh (2021)


Mientras que los alaridos de las primeras víctimas se nos incrustaban en el alma, intentábamos sobrevivir a tan horripilante situación. Estábamos de forma literal en las fauces del gigantesco engendro. Algunos, fueron atravesados por sus afilados dientes. Otros, se precipitaron directamente a su estómago. No se diluyeron al instante en los jugos gástricos, sino que tuvieron una muerte lenta y dolorosa. Los que quedábamos, agarrados a los dientes, intentábamos por todos los medios hacerle daño en la lengua, para ver si podíamos escapar. No sabemos cuánto más vamos a aguantar, y tampoco tenemos muy claro de como llegamos a estar en medio de tan terrible experiencia. Ojalá sea una horrible pesadilla y acabe pronto….
Bienvenidos al universo de Ghoul.

El 14 de septiembre de 2021, Tankcrimes lanzó de forma digital el nuevo disco en vivo de los Metaleros Extremos Ghoul. El redondo, se bautizó simplemente con el nombre de «Live in the Flesh».

Su alineación es: Digestor (guitarra y voces), Cremator (bajo y voces), Fermentor (batería y voces), Dissector (guitarra y voces).

Supongo que habré escrito lo mismo ya un millón de veces. Sin embargo, poco puede variar mi discurso ante los discos en directo. Señoras y señores, este tipo de productos, sirven para mantener viva la llama y para intentar captar nuevos fanáticos. Básicamente, son como un recopilatorio, pero con el aliciente de captar la energía que desprende el combo en directo. Obviamente, durante la hora y algo que dura dicho redondo, los californianos hacen un repaso a sus grandes éxitos, para deleite de un público entregado a la peculiar propuesta del cuarteto. Si no los conocéis, mezclan sin pudor alguno el Thrash con el Death, y si se tercia también el Grindcore. Todo ello aderezado con líricas que mezclan el terror y el humor.

Las seis cuerdas, siempre agresivas y a veces desenfadadas, no os disgustarán ni mucho menos, mas tampoco tiraréis cohetes en señal de euforia. Se construyen gracias a riffs fluidos y contundentes. Asimismo, no faltan los solos.

Perpetuamente descarnados son los registros vocales. Degustaréis desde growls hasta guturales agudos rasgados, pasando por coros hardcoretas de voces guerreras y limpias.

La percusión, carece de florituras, es enérgica y dinámica, siendo más sólida que un bloque de hormigón armado.

La espera de material completamente nuevo de los americanos se nos hará más corta mientras escuchamos «Live in the Flesh».

Nota: 6
Autor: Chus

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