Crítica: Dryweed – La siembra (2021)


Este año, la siembra sería especialmente productiva. Había conseguido una cantidad mayor de cadáveres de lo acostumbrado. «Estúpidos humanos», pensaba mientras rociaba la baldía tierra con el polvo de sus huesos. Jamás comprendió como podían ser tan mezquinos, envidiosos y cobardes. Sin duda, todos merecían el peor de los castigos. Creen que son inmortales, piensan que nada malo les va a ocurrir, dando especial importancia a los objetos materiales. Cuando llega la hora, el miedo los corroe hasta la médula. ¿Dónde queda su orgullo ahí? Por un instante, justo antes de dejar de respirar para siempre, llegan a verla. Ataviada con una raída túnica negra y mostrando mil y un rostros, todos ellos descompuestos, los toca. Es ahí cuando recoge esquirlas óseas. Las mismas que sirven como semillas para su tétrico campo santo, donde germinarán nuevas almas a las que torturar…
Bienvenidos al universo de Dryweed.

El próximo 1 de noviembre de 2021, los Sludge Stoner metaleros Dryweed lanzarán su primer E.P llamado «La siembra».

El line up del combo es: Iván Arrieta (Voz), Agustín Ortiz (batería), Alejandro Palacios (guitarras) y J.A. Casal (guitarra).

¿Se puede hacer un trabajo ecléctico a la par que sólido? De normal, la verdad es que a las bandas que lo intentan hacer hoy por hoy no les sale demasiado bien. Sin embargo, y gracias a Odín, no es el caso de los de Sevilla. El cuarteto lo mismo te destroza con riffs Sludge, que te sorprende con una vena Punk rockera en ‘CVLZD Worm’ o se adentra con ‘Winds ´n´ Waves’ en terrenos más «psicodélicos» sin despeinarse. Todo ello, por supuesto sin perder de vista el Stoner. Señoras y señores, no cataba algo tan diverso y carente de fisuras desde los 90. Para más inri, resulta que la producción acompaña.

Las seis cuerdas, adictivas en todo momento, pueden lograr varias cosas a la vez: destrozaros el cráneo en sus puntos más contundentes, y levantaros un mal día por la energía que desprenden.

Geniales melodías vocales salen de la garganta de Mr Arrieta. El barítono rasgado que mezcla a veces con un tono menos agresivo es digno de ovación.

La percusión siempre va a mid tempo. La gracia está que dentro de dicha acotación, Agustín se mueve con total soltura dentro de sus fronteras, adjuntando siempre un toque de garra extra con cada golpe de caja.

Aluciné con ‘Black Sheep‘ y ‘Thirty Silver Coins‘. La primera os recordará a los mejores Down. La segunda, es una mezcla entre Black Sabbath y Corrosion Of Conformity. Sobra decir que son mis dos canciones favoritas del Extended Play ¿verdad?

Buen arranque de carrera. Ahora queda ver que les depara en el futuro a Dryweed.

Nota: 7,5
Autor: Chus

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