Crítica: Anubis – Anubis (2020)


Volver del otro lado tenía sus consecuencias. Perdió todo rasgo tanto físico como mental característico de un ser humano. Se había transformado en putrefacto guerrero capaz de dominar a las bestias más temidas y veneradas del globo: los dragones. Junto con su ejército de no muertos, conquistarían el mundo. Pero antes de iniciar semejante empresa, se vengaría del maldito monarca que lo convirtió en lo que ahora es y terminó con la vida de su mujer e hijos. Sería el último acto que realizaría empujado por los recuerdos cada vez más borrosos de su anterior vida…
Bienvenidos al universo de Anubis.

El 6 de julio de 2020 apareció de forma independiente el nuevo E.P homónimo de los Power Thrash metaleros Anubis.

Su line up es: Devin Reiche (bajo y voz), Justin Escamilla (guitarra), Tom Warner (guitarra), Robin Salazar (batería).

Gratísima sorpresa la que se van a llevar los seguidores del género mencionado un poco más arriba cuando escuchen el último Extended Play de los de Los Angeles. El buen hacer que desprende el cuarteto en los 3 cortes que componen el asalto es asombroso. La ferocidad le da la mano a la melodía creando un hibrido sónico genial. Puedo asegurar que en ningún instante las canciones se tornan empalagosas o estúpidamente rimbombantes. Lo que sí que hay, es un sentimiento perpetuo de mala baba y epicidad. ¿Qué más se puede pedir? Por lo menos en mi caso, todo está más que en su sitio.

Las seis cuerdas, repletas de dobles armonías y rabia no os dejarán indiferentes. Por su parte, los solos también mantienen las mismas cualidades que los riffs. O sea, pasan de ser clásicos a descarnados y violentos en un segundo.

Devin Reiche consigue sobre todo unas melodías vocales memorables. A título personal, preferiría que no subiese tanto el tono en el futuro, aunque ciertamente esto que os digo es solo una opinión subjetiva, ya que lo hace realmente bien.

Robin Salazar aporrea su kit de tambores de la manera más sólida que podáis imaginar, jugando con los up y mid tempos a la perfección.

El asalto lo inicia ‘Everything Disintegrates‘. Desde el primer segundo se siente el potencial del combo. Las «hachas», punzantes e hímnicas mandan y no tu banda. Además, no sé si os pasará a vosotros, pero en mi caso, fue escuchar a Mr Reiche y comenzar a tener ganas de cantar yo también. Le sigue la más convencional en todos los sentidos ‘Sin for Me‘, siendo un tema a medio gas sin mucha sorpresa. El punto y final lo pone ‘Prayer for the Prey‘. Sin duda es el track más salvaje de todos. ¡Vaya zambombazo camaradas!, ¡así da gusto!

Enorme futuro tienen los americanos. No dudéis en darle la oportunidad que merecen.

Nota: 7,5
Autor: Chus

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