Crítica: Whoresnation – Mephitism (2019)


Desorientado y agotado se dejó derrumbar al suelo. El sonido sordo de la caía solo fue oído por los pocos animales que deambulaban por la zona. Miró hacía el cielo. Esa noche parecía más oscuro y misterioso que nunca. Sentía que hasta las estrellas, con su incansable y tintineante brillo se mofaban de él. Llevaba meses sintiendo una pena indescriptible que lo acabó llevando a una espiral sin fin de medicación, terapia y decepción vital. No podía ni quería seguir vivo. Hace unos quince minutos, agarró cuantos fármacos pudo y se montó en el viejo Ford. Aparcó a las afueras de la ciudad. Antes de bajarse del vehículo, ingirió todos los medicamentos que llevaba consigo. Después tan solo se desplomó y esperó a que el mortífero sopor apareciera….
Bienvenidos al universo de Whoresnation.

El 20 de marzo de 2019, Give Praise records y Lixiviat Records reeditaron el segundo L.P del combo de Grindcore Whoresnation llamado «Mephitism».

El line up del grupo es: Tonio (batería), Lopin (guitarra), Pibe (voz).

Por el amor de Odín, hacía tiempo que no oía algo tan salvaje incluso dentro del género anteriormente mencionado. 20 pistas que hacen un total de 20 minutos de pura traca sónica. Aquí, literalmente te despistas un segundo y ya ha pasado de una canción a otra vaya. Tonterías mías aparte, he disfrutado del asalto del power trio francés sobremanera. No tropezaréis con un ejemplo más claro de lo que significa celeridad e intensidad en cuanto a música se refiere. Lo mejor de todo, es que a pesar de la escasa duración de los cortes, existen una cantidad de giros en los susodichos espeluznantes. Asimismo, otro punto a favor, al menos para este humilde redactor vuestro, ha sido la producción. Es nítida y gruesa, alejándose en todo momento del embarullamiento que algunos conjuntos se empeñan en exhibir. La portada resulta diferente y fresca. Bien por ellos en todos los aspectos sí señor.

A mil por hora van las notas que Lopin hace expulsar a su respectivo instrumento. Fluidez y poderío a más no poder.

Como era de esperar en los tiempos que corren, degustaréis un doble ataque vocal de unos guturales más profundos y otros más altos por así decirlo.

Ración indescriptible de blast beats en los tambores. Amigos, sí, existen los mid tempos, aunque son prácticamente anecdóticos.

Si entráis en su Bandcamp, podréis ver la duración de las tonadas. Digo esto, porque son precisamente las de mayor minutaje las que resaltaría. Estaría bien que para nuevos redondos se centrasen más en esa faceta suya, donde sin perder fiereza ganan mayor versatilidad.

Brutalidad de la buena camaradas. No os digo nada y os lo digo todo.

Nota: 8,5
Autor. Chus

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