Crítica: Shadecrown – Riven (2019)


El reloj sin duda es el símbolo de nuestra mortalidad. Nos marca de forma incesante nuestro pasar por un mundo al cual no decidimos venir. A veces, me pregunto cómo sería nuestra percepción del tiempo si fuésemos inmortales. Supongo que todo tendría muchísima menos importancia. Miro una vez más el maldito artefacto. Algún lumbreras decidió que tenía que poner uno justo en frente de la cama. Cuando a él le toque recostarse en una de ellas, sus manecillas le parecerán los brazos del mismísimo diablo. Analizando las cosas con la perspectiva que da la vejez, ¿de verdad valió la pena tanta lucha? Toda una vida intentando ir por el camino correcto. Trabajando, formando una familia, alimentándolos. ¿Para qué?, no he hecho lo que deseaba en realidad, sino lo que se suponía que debía. He desperdiciado mi existencia. El tic tac llega a su fin, y con él, mis esperanzas y anhelos serán enterrados para siempre…
Bienvenidos al universo de Shadecrown.

Inverse Records lanzará el 11 de octubre de 2019 el segundo trabajo de los Melo Death Doom metaleros Shadecrown. El disco se titulará «Riven».

El grupo está formado por: Jari Hokka (voz), Joonas Vesamäki (guitarra), Tomi Tikka (guitarra), Saku Tammelin (teclado), Janne Salmelin (bajo y voces limpias), Kalle Varonen (batería).

Después de lo que para mí han sido casi 45 minutos de absoluto aburrimiento, a ver como planteo la reseña y saco la objetividad necesaria para la tarea. Total, los de Finlandia realmente no lo hacen nada, pero que nada mal. Encontramos la típica formula de ese país. O sea, melodías edulcoradas a raudales, una percusión a medio gas casi de forma perpetua, y en este caso, unos teclados que ni estorban ni enriquecen la propuesta. Tal vez la palabra que esté buscando sea genérico, pero eso es otra historia.  A pesar de todo, es innegable la solidez del disco en cuestión. Las tonadas son absolutamente compactas y que no exista ni un solo segundo de relleno es muy de agradecer. Además, os aseguro que las clean vocals que salpican el Elepé, están introducidas de muy buenas maneras. La producción es contemporánea y cristalina. A su vez, el artwork resulta oscuro y desolador.  Vaya, que gustará a todos los amantes de esta forma de ejecutar Metal.

Con las seis cuerdas nos veremos inmersos en la fiesta de las dobles armonías. Si no las crean las «hachas» lo hacen las teclas. No dejan atrás los momentos más netamente pesados. Los solos… es obvio que no son mediocres, pero no dicen demasiado.

Los registros vocales se componen por predominantes growls y pinceladas de «gargantas nítidas» que cumplen a la perfección su cometido sin endulzar nada.

Ya lo he dicho en el párrafo principal. Los tambores, excepto durante un breve espacio de tiempo en ‘Hate Reflected’ van exclusivamente a mid tempo. Que por cierto, por ser la única que se sale algo del tiesto sería la que diría que es la mejor del álbum.

Camaradas esto no es lo mío ni de lejos. ¿Los voy a aprobar?, por supuesto, ya que de verdad que lo hacen bien, mas yo no puedo con ellos.

Nota: 6
Autor: Chus

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