Crítica: Manipulation – Mind Control Ultra (2019)


Todos sus recuerdos, todos sus sentimientos, todo, absolutamente todo, había sido una mentira. Tan solo era un asqueroso ciborg humanoide al que le habían implantado las vivencias del hijo fallecido de un ricachón. Lo más triste de todo, era que hasta hacía unas horas no sabía absolutamente nada. Un grupo de encapuchados lo secuestraron al salir un bar. Los trasladaron a un almacén abandonado. Durante el trayecto, le contaron que era y que iban a hacer con él. Obviamente no podía creerlos. Cuando comenzaron a despiezarlo, observó con autentico pavor que en su interior tan solo había chatarra tecnológica. Un brutal golpe de realidad le puso los pies sobre la tierra. ¡Lo estaban desmontando para vender sus piezas en el mercado negro! Al menos, habían desconectado su sistema nervioso. No sentía dolor, pero aun así lloraba. ¡No quería morir por el amor de Dios!
Bienvenidos al universo de Manipulation.

«Mind Control Ultra» es el cuarto trabajo aparecido el 10 de junio de 2019 de los Death metaleros Manipulation. Los sellos encargados de su lanzamiento fueron Symbol of Domination Prod y Satanath Records.

El grupo lo forma: Rado.Slav (guitarra), Bysiek (bajo), Kriss (batería), Vulture (guitarra), Kret (voz).

Por Odín, que gusto dar encontrarse con bandas que sin dejar de hacer «Metal Muerto» expanden los horizontes. Los polacos son tan feroces como cualquiera, con el aliciente de que exhiben una frescura que más quisieran la mayoría para sí. De verdad, catar cosas así es como llegar a la tierra prometida del género, donde lo manido y predecible no existe. Propuestas como esta son las que hacen que la música extrema no caiga en el pozo de los dogmas estáticos sonoros, donde parecen vivir un buen puñado de conjuntos. ¿Todo es impoluto e intachable en este plástico? Pues no. En ocasiones aparecen ciertos desarrollos estructurales innecesarios. Cuando lo escuchéis sabréis a que me refiero. Sin embargo, lo cortés no quita lo valiente. De que el quinteto se ha marcado un señor disco no cabe duda alguna. Por supuesto, la producción está a la altura de las circunstancias, siendo poderosa y contemporánea. Además, el artwork tampoco cae en típicos tópicos. ¡Qué maravilla!

Las seis cuerdas irradian demencia, frescura e ira. Las dobles armonías son su seña de identidad además de la fluidez y la pesadez. Existen los embistes de tremolo picking, pero no abusan de ese recurso. Por otro lado, la lead guitar es simplemente anecdótica, haciendo acto de presencia tan solo en ‘Slaves of the System’.

En lo que a voces respecta, los poderosos y claramente predominantes growls se intercalan si la ocasión lo requiere con clean vocals siniestras. Haters de las voces limpias tranquilos, aparecer muy poco y no le restan intensidad al resultado final del tema donde emergen.

Magia y dinamismo puro tras el kit de tambores. Tremenda labor la de Kriss.

Recalcaría ‘Trample the Weak’ y la final ‘Tale Told by an Idiot’ como lo mejor del Elepé. A pesar de ello, bien podría haber escogido cualquier otro corte del Long Play. El nivel de calidad no baja ni un solo instante a lo largo de los 46 minutos largos de «ruido» radical.

Recomendado para los que busquen algo único y diferente. 

Nota: 8,5
Autor: Chus

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