Crítica: Ceremonial Bloodbath - Genesis of Malignant Entropy (2023)

Nevada-Tan (1992). Primera parte. Advertimos de la crudeza de los hechos descritos. El 1 de junio de 2004 en un centro escolar de primaria de la ciudad japonesa de Sasebo (Nagasaki), con una población próxima a los 260.000 habitantes, Natsumi Tsuji de 11 años, asesinó a su compañera de clase Satomi Mitarai, de 12 años, produciéndole un corte mortal en el cuello. Recibir descalificativos por parte de su amiga en Internet fue el motivo desencadenante de tal acto criminal. Natsumi destacaba como alumna en su clase, teniendo una gran capacidad en el manejo de las matemáticas y la informática, sin desatender su afición a distintos deportes. De igual forma, era una seguidora de las artes propias japonesas como el anime o el manga. Se señala su gusto por el cine de contenido violento, creando una página web a fin de compartir relatos de terror e imágenes virulentas, obteniendo con ello dos millones de seguidores. Recalcar los problemas conductuales surgidos del acercamiento a manifestaciones artísticas inapropiadas para su edad.

El disco de hoy es el LP «Genesis of Malignant Entropy» (Génesis de la entropía maligna), segundo larga duración de los canadienses Ceremonial Bloodbath (Baño de sangre ceremonial) publicado el 17 de noviembre de 2023 por el sello estadounidense Sentient Ruin Laboratories, tras su primer LP «The Tides of Blood» (Las mareas de sangre) del 2020. El estilo practicado une el Metal Muerto con el Oscuro.

La portada es perturbadora. A pesar del pequeño tamaño de las figuras que en ella se encuentra, respira malevolencia en un contexto insano. Llama la atención la presencia de una nube de hongo como fondo y máscaras antigás utilizadas por los atacantes de entidades antropomórficas aladas. También reseñar la imagen lateralizada de un personaje crucificado. El empleo acertado de los colores mate refuerza su halo desasosegante, en contraste con el blanco utilizado para el nombre y el título del disco. Éste es perfectamente legible, mientras que aquél presenta dificultades para su lectura. El autor de esta pintura también creó la portada de la demo del 2017 «Command Sacrifice» (Comando del sacrificio) de los propios Ceremonial Bloodbath.

Encontramos un total de diez temas, iniciando el viaje sonoro una intro atmosférica -49 segundos- calmosa e infernal titulada convenientemente ‘The Ritual of Unholy Descent‘ (El ritual del descenso impío) y concluyendo con una alargada pieza instrumental -5 minutos y 3 segundos- en base a uso de sintetizadores titulada ‘The Invocation of the Tomb of Mankind‘ (La invocación de la tumba de la humanidad), recordando a obras fílmicas de los setenta del género de terror. La duración total del álbum alcanza los 39 minutos con 46 segundos. La producción no es remarcable por su alta potencialidad de sonido. Aún así, la música está bien distribuida y compartimentada.

Los ritmos van desde el medio tiempo a la celeridad.

La voz solista es doblada en agudos y graves, conformando un binomio poco sorpresivo. Con todo, no desagrada. Destacar en este apartado, la inclusión de timbres contractivos de voz en temas como ‘Mutilation of Sacrifice‘ (Mutilación del sacrificio) o ‘Caustic Invocation‘ (Invocación caústica), canción que destacaría del listado de composiciones por una mayor sensación de originalidad.

Las guitarras tienen poder y desarrollo feral, con unos solos ejecutados al más puro estilo slayeriano.

Las cuatro cuerdas yacen consumidas bajo el pasto de las llamas debido a su escasa audibilidad. Sale de su letargo en los primeros compases -3 segundos- de ‘Dissonance of Morbidity‘ (Disonancia de la morbilidad) y es aquí donde pueden ser aceptablemente disfrutadas a lo largo del desarrollo de la tonada.

Por fortuna, no ocurre esto con su hermana rítmica la batería. Los parches, los platos y el doble pedal prestan una labor equitativa en variedad y sustancialidad.