Crítica: Carnation – Cursed Mortality (2023)


El Asesino de las Citas. El 13 de noviembre de 2023, el referido fue condenado por la Audiencia de Vizcaya a una pena de prisión de siete años y medio por el intento de asesinato de un hombre al que conoció en una aplicación de citas para, tras causarle su estrangulación, sustraerle las tarjetas de crédito. El 15 de diciembre de 2021 concertó una primera cita con la víctima. Dos días después y en la casa de ésta, trató de asfixiarla en dos ocasiones. Dicha víctima pudo huir hacia la puerta de la vivienda, siendo alcanzada y golpeada con reiteración y fuerza con la intención de darle muerte, hecho que finalmente no consiguió. El atacante fue posteriormente localizado al encontrarse su documentación,  siendo considerado sospechoso de al menos siete homicidios y dos homicidios en grado de tentativa, utilizando el modus operandi descrito. El diagnóstico psicológico revela un trastorno antisocial relacionado con el consumo de sustancias tóxicas.

El disco de hoy es el LP «Cursed Mortality» (Mortalidad maldita), tercer larga duración de los belgas Carnation (término alusivo al color de la carne humana e intraducible como unidad lingüística al español), un quinteto activo desde 2013, practicante de Metal Muerto.

Fue lanzado el 3 de noviembre de 2023 en los formatos vinilo, digipack y digital a través del sello francés Season of Mist. Contiene un total de 8 canciones con un tiempo reunido de 35 minutos y 16 segundos. A modo de curiosidad, el 3 octubre publicaron el EP «Cycle of Suffering» (Ciclo de sufrimiento), con cinco canciones que forman parte de «Cursed Mortality». En el LP se añaden tres temas adicionales.

La portada del disco es una perturbadora escena al óleo de la luz al final del túnel -característica de las experiencias cercana a la muerte- con un buen contraste del color blanco central, el azul oscuro y el negro adyacente. Su creador, ya fallecido, trabajó con una temática similar en los discos «Ominous Black» (Oscuridad ominosa) y «Acrimonia» (Acritud) de Trauma o en el álbum «Dying of Everything» (Todo muerto) de Obituary (Obituario). La producción es nítida y perfectamente direccional.

Los ritmos confeccionados fluctúan entre el tiempo lento, medio, rápido y muy rápido. El inicio del primer tema ‘Herald of Demise‘ (Heraldo de la desaparición) es muy atmosférico y prometedor. Tras ello, la canción empieza su parte instrumental al uso con la colaboración del legendario seis cuerdas de King Diamond (Rey Diamante). Todo un lujo. Curiosamente, el tema homónimo del disco comienza igualmente con una parte refinada ensoñadora.

La voz solista crea rugidos de emoción enfurecida, ¡con un sólo instante de contracción gutural en todo el redondo! En ‘Replicant‘ (Replicante) irrumpe un inesperado timbre limpio de voz en dos ocasiones, al igual que en el tema ‘Cursed Mortality‘, también por dos veces.

Las guitarras electrificadas presentan ritmos depurados y de amplia creatividad con unos solos de disfrutable presencia sonora. Por momentos, interviene en este apartado, sonidos acústicos bien ejecutados.

El bajo golpea con sus cinco cuerdas en un estilo atornillado no exento de melodía. Su principalidad no acusa desatención. A propósito, su instrumentista es un incansable mezclador de sonido y/o productor de discos como los elepés «Disaster Strikes Back» (El desastre golpea de nuevo) de Bloodrocuted (Sangriento), «Ultimate Abomination» (Abominación suprema) de Bodyfarm (Granja de cuerpos) y  «An Unbiblical Paradigm» (Un paradigma no bíblico) de When Plagues Collide (Cuando las plagas chocan).

La batería no se queda al margen de su hermano rítmico, a través de una labor muy bien implementada en cuanto a potencia y técnica a los parches, los platos y el doble pedal.

Coda: un disco recomendable, con mucha vida a pesar de su malditismo tanático.

Nota: 7
Autor: Deader.

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