Memorias De Un No Muerto: Sepultura – Morbid Visions (1986)


Después de ser crucificado y de padecer una muerte lenta y dolorosa, el auto proclamado hijo de Dios falleció rodeado de pecadores que en última instancia se arrepintieron de sus actos. Lo que ningún humano observó, fue como espíritus malignos intercambiaron sus almas con ellos. Cuando Jesús de Nazaret resucitó, en realidad quien cobró vida fue uno de los siervos de Satán. Al llegar al Paraíso, consiguió engañar al Todopoderoso, haciéndose con el control del Cielo. Fue entonces cuando el tormento comenzó en realidad para toda la raza humana.
Bienvenidos al universo de Sepultura.

No hace demasiado, saltó la noticia que los hermanos Cavalera iban a re-grabar el primer Elepé de Sepultura. En ese preciso instante, la idea de hacer reseña al disco original comenzó a sonar cada vez más fuerte en mi cabeza, hasta el punto de no poder resistirme a realizarla.

Originalmente, «Morbid Visions», se lanzó el 10 de noviembre de 1986 por Cogumelo Records. En aquellos años, el line up del grupo era el siguiente: Max (guitarra, voz, lírica), Igor (Batería), Jairo T. (guitarra solista, bajo). En los créditos, Paulo Jr. estaba acreditado como bajista. A pesar de ello, quien se encargó en esa ocasión de inmortalizar las cuatro cuerdas fue Jairo T.

Lo que allí se presentaba era una colección de cortes absolutamente letales de un primigenio Death Metal, donde el gancho y la chispa que tenían cada una de las canciones compensaba con creces los problemas de ejecución y producción. Y es que nada más arrancó la carrera de los brasileños, se podía ver con claridad que no era un grupo más del montón, sino más bien todo lo contrario.

Los riffs eran veloces y fluidos, con un aura oscura que jamás llegaron a tener en futuros redondos. Los solos, a pesar de su corta complejidad y su escaso valor netamente técnico, conseguían con creces emocionar. Cosa que más de uno, con un grado muy superior de calidad con las «hachas» no logra ni en sus mejores sueños.

Los registros de Max parecían salir no del cuerpo de un ser humano, sino más bien de un engendro del mal.

Por su lado, Igor destrozaba los parches con unos incasables up tempos. Vale, cierto es que a veces no estaban bien tocados, mas igualmente eran acongojantes.

Para la memoria colectiva del mundillo extremo quedaron temazos como ‘Morbid Visions‘, la primera y original versión de ‘Troops of Doom‘ o la devastadora ‘Crucifixion‘.

El tiempo logró que objetivamente mejoraran en todos los aspectos, pero también que se alejasen del «Metal Muerto» más primitivo, para acabar fusionándolo con el tan de moda en aquellos años Thrash Metal. Llegaron a crear joyas inolvidables e imprescindibles como «Schizophrenia», «Beneath The Remains» o «Arise» antes de dar un giro completo a su forma de crear música, pero eso ya es otra historia.

Ahora, no sé qué pensaréis vosotros, pero no creo que Max e Igor mejoren lo que a pesar de sus máculas llegó a ser fantástico. Ojalá me equivoque. Al menos, siempre nos quedará la posibilidad de catar el Long Play primerizo y recordar lo que una vez fueron.

Nota: 7,5
Autor: Chus

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