Crítica: Possessed – Revelations of Oblivion (2019)


Él, al que llamaban campeón de las fuerzas celestiales, tan orgulloso de sus capacidades, tan seguro de sí mismo, había sido derrotado. La batalla fue encarnizada. Consiguió vencer a una horda de incontables siervos del amo del Averno. Sin embargo, cuando parecía que la victoria era suya, apareció el mismísimo Satán. Antes de que pudiese mover un solo músculo, aquel que una vez fue un ángel al servicio del Hacedor, le arrancó de cuajo las extremidades. Mientras se desangraba, pudo ver con sus propios ojos como se formaba una horrible construcción formada a base de los cadáveres engendros que había asesinado. Cuando el templo demoníaco estuvo completo, lo que quedaba del paladín del bien comenzó a levitar, para al fin colocarse boca abajo justo en medio de la fachada de la macabra iglesia formando una cruz invertida. Después de tanto tiempo, al fin, El Adversario había conseguido conquistar el mundo de los humanos…
Bienvenidos al universo de Possessed.

A estas alturas, no creo que necesiten presentación alguna. Sin duda, Possessed es una de las bandas más influyentes dentro del Metal Extremo. A ellos se les atribuye el hecho de la invención del «Metal Muerto» junto con Death. Después de 33 años desde la salida de su segundo L.P «Beyond the Gates», el combo ha vuelto por fin a editar material nuevo. El 10 de mayo de 2019, Nuclear Blast hizo posible la edición de su tercer trabajo «Revelations of Oblivion». Obviamente, a un medio como Broken Tomb no se le podía escapar la oportunidad de realizar su reseña. Así que, sin más demora, ¿qué os parece si la comenzamos de una vez?

Su actual formación es: Jeff Becerra (voz), Emilio Marquez (batería), Daniel González (guitarra), Robert Cárdenas (bajo y voces), Claudeous Creamer (guitarra).

Imaginaos la presión que estos tipos han tenido que sentir a la hora de componer el Elepé que protagoniza estas esquelas. Su influencia sobre millones de grupos ha estado vigente durante las últimas tres décadas. Que hubiese resultado un fiasco tan larga espera hubiese sido nefasto, tanto para los fans, como para ellos mismos. Sin embargo, os puedo asegurar que han fabricado un señor discazo de proporciones monumentales. Su sello personal sigue intacto. ¿Qué quiere decir esto?, pues que las siempre impías seis cuerdas mantienen ese regusto a Thrash y los tambores van a toda castaña sin que lleguen a usar los «golpes relámpago». No creo que pueda usar la frase aquella que dice «quien tuvo retuvo». ¿Por qué?, pues porque a pesar de tanto tiempo, su música, su nueva música, sigue sonando tan fresca como el primer día. Si alguien piensa que se va a topar con una colección de canciones que huelen a refrito y a mediocridad está muy equivocado. Además, a título personal no os podéis llegar a hacer una idea de lo que me he alegrado de que tengan una producción a la altura de su nombre. Al fin, el trabajo de la lead guitar no es eclipsado por un exceso de reverb como ocurrió en «Seven Churches». Si tuviese que poner una sola pega, sería el hecho de que la voz de Mr Becerra me ha resultado «menos salvaje» que en el pasado. Por lo demás, ya os digo, Long Play impoluto donde los haya.

Volviendo al tema de las «hachas», éstas son trepidantes, punzantes y adictivas. Aún a riesgo de repetirme más que el chorizo, necesito reiterar que no son ni en tan solo un instante manidas. Reconozco que no es un ejemplo de originalidad dentro del tipo de «ruido» radical que ejecutan, mas les sobra chispa y eso a más de una vaca sagrada del mundillo le falta a día de hoy. Respecto a los solos, agarraos que vienen curvas. ¡Vaya tela!

Con los registros vocales no hay mucho que contar. Tonos rasposos y agresivos por doquier. 

El bajo suele pasar desapercibido durante los 12 cortes que conforman el plástico. No obstante, las cuatro cuerdas tienen su momento de gloria en la mortal ‘Demon’.

¿Os gusta la velocidad?, espero que sí, porque la percusión da los respiros justos para que no fallezcáis de un infarto.

Podría destacar cualquier tonada. No obstante ‘Abandoned’ me tiene obnubilado. No os digo nada y os lo digo todo.

Esto sí que es un retorno a la palestra como Odín manda. Sin duda uno de los mejores álbumes de 2019. IMPRESCINDIBLE.

Nota: 10
Autor: Chus

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