Crítica: Lost Shade – Feinde des Glaubens (2022)


El disco que hoy nos convoca es el cuarto larga duración de la banda alemana de Viking Black Metal, Lost Shade, «Feinde des Glaubens», el cual ha salido al ruedo del mercado discográfico el pasado 28 de septiembre bajo los auspicios de la compañía discográfica Wolfmond Production.

Sobre la banda:

Lost Shade es una banda originaria de Baden-Wurtemberg, Alemania, cuya fecha de conformación se remonta a 1999 y que se halla activa en la actualidad. A lo largo de estos veintitrés años de trayectoria, esta agrupación se ha movido por diferentes subgéneros del Black Metal, desde un Raw Black Metal en sus inicios, hasta el actual Viking Black Metal que desarrollan en su más reciente producción. La actual line up de la banda es la siguiente: Holger A.: Voz (1999-presente), Batería (2018-presente) y nico l: Bajo (2009-presente), Guitarras (2016-presente)

Extrañamente, a pesar de la cantidad de tiempo activa, no poseen una vasta producción discográfica, entre sus lanzamientos se encuentran:

  • Un disco recopilatorio: «The Complete Discography of the Viking Warriors» de 2020
  • Cuatro larga duración: «Wotanic Battle» (Full-length de 2003), «Rückkehr nach Asgard» (Full-length de 2010), «Hegau» (Full-length de 2017), y finalmente el disco que nos convoca hoy: «Feinde des Glaubens» (Full-length de 2022)

Sobre el disco:

«Feinde des Glaubens» es el cuarto larga duración de Lost Shade, fue lanzado al mercado discográfico por la compañía  Wolfmond Production, el 28 de septiembre del corriente año, en una edición limitada de 200 copias y en formato CD. Las performances instrumentales corrieron a cargo de la banda, el arte de tapa fue producido por Daniel Bechthold y la edición de este disco viene acompañada de un folleto de doce páginas.

Su tracklist es la siguiente:

  1. Verlorener Schatten
  2. Gottestöter
  3. Mit aller Gewalt
  4. Hexentanz
  5. Leichenmarsch
  6. Der Tag danach
  7. Ewige Vergeltung
  8. Düstere Ernte
  9. Kriegstreiber
  10. Feinde des Glaubens

Sobre el sonido:

El disco consta de diez canciones donde podría afirmarse que el sonido preponderante es el Black Metal, un Black Metal Old School, de manufactura cruda y descuidada, con algunas concesiones al metal sinfónico (como en el primer track, una pieza musical completamente acústica donde además pueden apreciarse la presencia de coros de voces limpias a modo de canto gregoriano. En el track 7 y en el 3, piezas musicales cercanas al sonido Thrash-Death Metal donde puede apreciarse también la presencia de los mismos coros que el el track 1) y al Viking Metal (track 6 y 7), a cierta atmósfera gótica (track 1 y 6), al Thrash y al Death Metal (tracks 6 y 7)

El sonido del disco es en general rápido (aunque en algunos tracks, como el 4, sea más bien lento), carente de melodía, distorsionado, repetitivo y monótono, sin gran complejidad técnica ni en la ejecución ni en la post producción, predominando la crudeza y la simplicidad en la composición de las canciones.

La atmósfera determinante en estas diez canciones es pesada, desesperante y opresiva, por momentos también misteriosa, tenebrosa y aterradora, el oyente no puede evitar sentir cierta inquietud y desesperanza al escucharlas, sensación interesantemente lograda por la combinación competente de los clásicos elementos del black metal: blast beat, riffs zumbantes, repetitivos y monótonos, un bajo imperceptible,  la voz, gutural, rasgada y aguda, conocida como shriek, y elementos prestados de otros géneros musicales: thrash metal (riffs) y Death metal (cambios de ritmo y tiempo)

El LP me pareció bueno, no como para tirar fuegos artificiales, pero se nota que es una banda que sabe de que se trata esto, no improvisan ni falsean las cosas, hacen su Black Metal como hay que hacerlo y punto, le agregan algunas notas de color de otros géneros para darle su propia personalidad a la música que producen y lo consiguen moderadamente bien.

No destacan por la gran originalidad de sus composiciones, pero tampoco decepcionan, si tus expectativas al escucharlos es escuchar Black Metal como Dios manda, pues no te vas a sentir defraudado, tal vez no logren que llegues al nirvana, pero no te darán ganas de tirar el disco al retrete, tal vez en un tiempo más lo vuelvas a escuchar y lo vuelvas a disfrutar, ya que no agotan ni aburren.

Digamos en resumen que lo hacen bien aunque no sean un faro en la oscuridad de la mediocridad musical reinante. No sabría decir si podría esperarse que en un tiempo más logren desarrollar más su arte y sean un diamante al que solo le falta algo de pulido, ya que llevan veintitrés años en esto, tal vez este es su techo, pero uno nunca sabe, así que si lo que quieren es Black Metal, aquí lo tienen, y que no se hable más del asunto.

Recomendado para los fanáticos más antiguos del metal, para un día que quieran distraerse solo escuchando un sonido que les resulta agradable y no les ocasiona una úlcera, este es el disco que les recomiendo, otro paso firme para mantener vivas las viejas tradiciones y este género que amamos tanto: el metal extremo.

Nota: 7,5
Autora: Irene Adler

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