Crítica: Livløst - Symphony of Flies (2021)

¿Os habéis dado cuenta de lo irracionales que somos? Llegamos a este mundo sin elegirlo. Nos pasamos la mayor parte del tiempo en el que estamos en él protestando de lo que nos ocurre, e incluso deseando morir, y cuando llega nuestra hora, resulta que tenemos miedo y no queremos que suceda. Nunca nadie ha vuelto de un supuesto otro lado para explicarnos si hay algo más después. No obstante, lo más horripilante es que sí lo hay. O al menos de momento para mí lo hay. Fui asesinado por la mafia hace unas horas y arrojado al río. No recuerdo demasiado de lo que vino después, tan solo oscuridad. Cuando las luces volvieron, me vi a mi mismo flotando sin vida. De repente me convertí en un mero espectador. No podía volver a mi cuerpo, pero tampoco tenía lugar donde ir. Ahora, mi consciencia junto con mis recuerdos van dando tumbos en un universo al cual ya no pertenezco. La tristeza me invade a oleadas. Ojalá todo hubiese sido diferente. Ojalá yo hubiese sido diferente. Ojalá acabe todo de verdad. Ojalá……
Bienvenidos al universo de Livløst.

El 17 de septiembre del pasado año 2021, Dusktone lanzó el tercer Larga Duración de los Black /Ambient Black metaleros Livløst titulado «Symphony of Flies».

¡Atención!, ¿hay metalheads afines al «Metal Negro» obsesivo y dramático en la sala? Espero que sí, porque esa es precisamente la propuesta del combo que protagoniza el artículo de hoy. Durante los 6 tracks que componen el Elepé, os hundiréis en el más profundo de los pozos. En él no hallaréis agua ni mucho menos, sino vuestras miserias, miedos y esa ira latente de la cual os es imposible escapar. Todo ello, está envuelto en una gruesa capa de oscuridad. Como podéis observar, no pinta mal la cosa ¿verdad? Además, la producción acompaña, siendo cruda pero no inentendible. Lo que no llama demasiado la atención, o al menos a mí no, ha sido el artwork. Demasiado bucólico, aunque reconozco que le viene como anillo al dedo para lo que aquí se presenta.

Las seis cuerdas, perpetuamente apesadumbradas y reiterantes se os grabarán a fuego en vuestra torturada alma. Cabe resaltar que si es necesario, introducen pasajes claramente atmosféricos que cumplen a la perfección con su cometido.

Los registros vocales se basan en mezclar los predominantes shrieks, con la inclusión anecdótica de clean vocals.

El bajo se hace notar con unas líneas simplonas que acompañan sin más. No llama la atención, mas si hace acto de presencia en más de una ocasión.

Con la excepción de la inicial y feroz ‘Symphony of Flies‘, lo que prima aquí en el apartado de la percusión es ir a medio gas. No queráis celeridad hermanos, porque no la encontraréis.

Destacaría la anteriormente mencionada ‘Symphony of Flies‘ por su rabia y ‘Holy Night‘ por ser un ejemplo claro de cual es la formula más usada del combo a la hora de componer.