Crítica: Astrophobos - Corpus (2021)

Hacía varios días que estaba encadenado de tobillos y muñecas formando una cruz. Lo habían torturado de todas las formas imaginables. Le arrancaron las uñas, extrajeron un buen puñado de dientes, e incluso arrancaron trozos de piel. En ningún instante dijo una sola palabra. No era ningún traidor, y moriría sin serlo. A pesar de ello, y como ser humano que era, tenía muchísimo miedo. Esa sensación aumentó hasta límites insospechados cuando su verdugo le susurró al oído que le estaban construyendo algo especial para él. El infernal regalo, llegó dos días después. Era una especie de pechera. Imitaba la forma de la columna y las costillas. Sin mediar palabra, se lo colocaron. Acto seguido, desde atrás, empezaron a ajustárselo. El dolor fue indescriptible. En tan solo dos minutos, su tronco quedó convertido en una masa sanguinolenta e informe, que salpicaba con tedio el sucio suelo de la mazmorra…
Bienvenidos al universo de Astrophobos.

Triumvirate Records lanzó el pasado 12 de noviembre de 2021 «Corpus», el tercer Larga Duración de los Black metaleros Astrophobos.

Micke Broman (bajo y voz), Martin Andersson (guitarra), Jonas Ehlin (guitarra) y Simon Samuelsson (batería de sesión) son las personas que conforman el combo.

Sólido y gélido, tal y como debe ser el «Metal Negro». Así se nos presenta el nuevo lanzamiento de los suecos. Sin inventar la rueda, los casi 37 minutos de música se pasan rápidos. Mucha culpa de ello, la tiene el buen sentido de la melodía que tiene el cuarteto (o power trio, según se mire). Tal vez las composiciones ofrezcan más oscuridad que furia. Sin embargo, asombrosamente, la sensación general es que se está ante algo equilibrado. No sé qué pensaréis vosotros queridos lectores de la «Tumba Rota», pero lograr algo así no es nada fácil. ¿Vais a saltar del sofá cuando lo escuchéis?, pues lo más seguro es que no, aunque desde luego no os disgustará.

Gran ración de dobles armonías y acometidas de tremolo picking en las seis cuerdas. Lo mejor, es que llegan a sorprendernos con pasajes muy puntuales pausados y con anecdóticos solos. Lástima que no exploten más la lead guitar.

Cero experimentaciones en las voces. Si queréis mezclas de shrieks y clean vocals mejor que vayáis a mirar a otro lado. Por la parte que me toca, la verdad es que agradezco sobremanera que así sea.

Como ya insinuaba con anterioridad, la percusión suele ir a medio gas. ¿Significa que los up tempos y los «golpes relámpago» son inexistentes?, no. Hay, pero los justos y un poco menos.

Mis tracks favoritos, sin duda han sido los dos últimos. ‘Liktal‘ y ‘Under jord‘ son toda una delicia.