Crítica: Moosifix – Sacrilicious (2019)


 

«¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad con la ayuda de Dios?» ¿Cuántas veces habremos oído esa frase en películas de medio pelo verdad? Para seros sinceros, jamás entendí el por qué obligan a hacer un juramento que se puede romper tan fácilmente en los juicios…. Maldita sea, os otorgué la capacidad de raciocinio individual por algo. Me ha encantado durante tantos y tantos años ver como os destruíais entre vosotros por motivos absurdos. Pero todo cansa. Quien iba a decir que yo, el mismísimo Satán iba a pisar el plano terrenal… Mientras más pienso mi propio plan más disfruto de sus consecuencias. No solo me hice pasar por humano, sino que también he llegado a ser un alto cargo político del país más poderoso del mundo. Hoy, cuando salga en antena, revelaré quien soy en realidad. Ardo en deseos en poder ver el caos que voy a causar. A lo mejor, incluso acabo con la mayoría de la población. Es tan tentador pulsar el botón rojo que activaría el lanzamiento de los misiles…
Bienvenidos al universo de Moosifix.

Los Technical Death metaleros Moosifix, lanzaron el 4 de septiembre de 2019 su nuevo E.P «Sacrilicious».

El combo está formado por: Colin Corris (bajo), Kevin Biggs (batería), Aaron Corris (guitarra), Drew Demarco (voz).

Frescura y buen hacer en estado puro amigos. Vaya tela con el cuarteto canadiense. La manera que tienen de mezclar «Metal Muerto Técnico» con buenos ramalazos del mejor Deathcore no es para nada convencional. He alucinado con sus composiciones sesudas y dinámicas a más no poder. No obstante, no todo iba a ser bueno. La producción me ha resultado considerablemente deficiente. Las seis cuerdas están a un volumen demasiado bajo, o al menos para mí lo están. Eso sí, este problema no ocurre ni con los alaridos ni con la percusión. Tristemente y debido a esto que os comento, lo que podía haber sido toda una obra maestra se queda a medio camino. A pesar de ello, estos tipos son tan buenos que me es imposible suspenderlos o ponerles mala nota.

Las «hachas» de Aaron sorprenden muchísimo. Da gusto cuando las limitaciones de tal o cual estilo desaparecen por completo en pos de una propuesta que sin dejar de mirar nunca al mejor Metal Extremo expande fronteras. Sus riffs son enrevesados, punzantes, fluidos y pesados.

Parece ser que de un tiempo a esta parte, el uso de dos registros vocales es casi una obligación. Efectivamente, Drew escupe tanto guturales agudos rasgados como profundos growls.

Las cuatro cuerdas tienen su momento de gloria. No os digo nada y os lo digo todo. Amantes del bajo, echad un oído.

Los tambores son trepidantes y cambiantes al máximo. Aquí hay de todo: pesadez, «golpes relámpago» y por supuesto up tempos.

Me dejaron con la boca abierta en ‘Summoner‘, ‘Demon Within‘, y ‘Black Sands‘, mas podría nombrarlas todas.

«Ruido» sin límites para mentes extremas. ¡Tremendos!

 

Nota: 7,5
Autor: Chus

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