Crítica: Monstrath – The World Serves to Evil (2018)


La humanidad tiene fuertes crisis de forma cíclica. Todo acaba volviendo al punto de partida. Y es que como siempre digo, mientras más cambian las cosas más siguen igual. Curiosamente, en tiempos oscuros, los políticos que promulgan las mayores barbaridades son considerados mesías, consiguiendo llegar al poder más temprano que tarde. Así fue como llegamos a la tercera guerra mundial. Antes de que los niveles de radiación fuesen tan elevados, llegué a oír a algún que otro soldado decir que este infierno era un castigo divino. No creo que Dios tenga nada que ver con esto. Él es un pobre loco que simplemente disfruta viendo como su creación se auto destruye. ¿Sabéis?, ahora imparto mis conocimientos en este oscuro bunker, pero no siempre fue así. No os imagináis lo que añoro la luz del sol. Ojalá algún día acabe esta locura y podáis vivir en la superficie…
Bienvenidos al universo de Monstrath.

Downfall Records, publicó el 19 de octubre de 2018 el debut de los Death Metaleros Monstrath «The World Serves to Evil».

Su line up es: Morales Elmano (bajo), Niko Teixeira (batería), Ramírez Cortázar (guitarra), J. Luger (guitarra), Loi Trejo (voz).

Camaradas, es complicado hacer en líneas generales, un disco más violento que este. Al leer esto, más de uno de vosotros ya se habrá hecho una idea preconcebida, pensando «Vale tío, aquí no hay melodía ni descanso ¿verdad?» Pues lo segundo sí, pero no lo primero. Esto os quedará claro conforme leáis la reseña. En los aproximados 31 minutos de «Metal Muerto» no apreciaréis ni el más leve bajón de intensidad y mucho menos de calidad compositiva. Lo que si puede llegar a resultar predecible es la forma que tienen de encarar los solos en todas las tonadas. No obstante, y salvando ese punto, pocas pegas se le puede sacar al Elepé.  En la producción, sin ser ni mucho menos mala, deberían haber subido el volumen de las guitarras. A pesar de ello, tranquilos que os enteraréis bien de las notas. Por otro lado, añaden un artwork que desde mi punto de vista muestra sin tapujos la locura social política mundial.

Más devastadoras que la unión de un tsunami y la erupción de un volcán se nos presentan las seis cuerdas. Cuidado con los que tengáis problemas de tensión, ya que de seguro os van a subir las pulsaciones. Ahora bien, y con motivo de aclarar un poco la descripción general, la lead guitar trabaja en todas las tonadas, siendo de carácter melodioso siempre. Cierto es que hay precisión y técnica en los punteos, pero acaba por sepultar esta faceta en los escombros de lo estructuralmente previsible.

Me sorprendió el apartado vocal. Obviamente, los registros son agresivos, mas no son tan profundos como cabría de esperar. Únicamente existen cavernosos growls en ‘Chains of the Soul’. Espero que nadie se esté tomando esto de forma negativa, era solo una forma de descripción. Para nada la garganta Loi resta potencia al resultado final. Todo lo contrario, le otorga personalidad al grupo.

La percusión suele ir a mil por hora. Agarraos bien, que la orgía de blast beats os desmembrará sin miramientos.

Fanáticos de las bass line, no os podéis perder ‘Incubus in Church’  y ‘Crushed Faith’. No os digo más.

Destacaría la descarnada y obsesiva ‘Child of God’.

Seguidores de la música radical, no le perdáis la pista a esta gente.

Nota: 7
Autor: Chus

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