Crítica: Autokrator – Persecution (2021)


Los cascos golpeaban con seguridad los cráneos de los moribundos en el campo de batalla. Mientras, su macabro jinete blandía con total pericia la espada, cortando cabezas a diestro y siniestro. La batalla era suya. Ningún estúpido mortal iba a poder pararle. Había llegado la hora de recuperar lo que era suyo por derecho: la Tierra. No existía ningún ejército, artefacto o arma que pudiese pararlo. Era uno de los heraldos de la muerte, e iba a obsequiar con todas las almas a su señora. Cuando eso ocurriese, él sería el amo del planeta y ambos crearían una nueva especie…
Bienvenidos al universo de Autokrator.

El pasado 5 de noviembre de 2021, Krucyator Productions lanzó el cuarto trabajo de los ahora Black Death metaleros Autokrator llamado «Persecution».

Su line up es: Loïc Fontaine (guitarra y bajo), David Bailey (voz), Kevin Paradis (batería de sesión).

Tengo sentimientos encontrados con el disco que hoy os comento. Por una parte, alabo su ferocidad. Las tonadas van a mil por hora y para mí, eso es genial. Pero por otro, incluyen mucho noise a lo largo y ancho del plástico, creado a base de tirar de palanca, que acaba por conseguir que desconecte del Elepé. No es ningún secreto que odio a muerte el «ruido» caótico innecesario, y aquí hay de sobra. La intención de que lo incluyan está más que clara: conseguir una ambientación de desasosiego. Conseguir lo consiguen, pero a costa de aburrir a gente como yo, que desea más riffs y menos «efectos» o atmósferas. No obstante, lo que es seguro que cada tonada podría ponerse de banda sonora el día del juicio final.

Las hachas van desde dobles armonías a instantes rotundos, pasando por embistes de tremolo picking. Todo ello como decía con anterioridad, acompañado por estruendos chirriantes sónicos.

En lo concerniente a las voces, utilizan de forma predominante unos descarnados growls. Éstos, cuando es necesario, le dejan espacio a narradas clean vocals impías.

Brutal los blast beats de Kevin. ¡Menuda labor hace tras su kit de tambores!

En líneas generales, la estructuración de las canciones es, en el buen sentido, muy similar entre sí, de ahí a que no sea capaz de recalcar ninguna. La única que se sale del molde es la final y escalofriante ‘Apocalypsis‘, que sirve como outro a un trabajo que está dispuesto a descomponer vuestros cuerpos y almas.

Señoras y señores, si os va la música radical más desquiciante, dadle una oportunidad a «Persecution».

Nota: 6
Autor: Chus

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