Crítica: M: 40 - Arvsynd (2019)

Señor, le digo todo lo que recuerdo. Al terminar el concierto, mis aliados – así nos llamábamos unos a otros sabe- comenzaron a comentar que estaría bien adentrarse en el bosque. No sé si usted será de aquí, pero siempre se ha dicho que ese lugar está maldito. Bueno, como le iba diciendo, después de un rato de tontear con la idea, decidimos ir. La verdad, yo estaba muerto de miedo, pero era incapaz de reconocerlo y mucho menos irme. No quería ser el hazmerreír del grupo…. A partir de ahí, todo está borroso en mi cabeza. Cuando desperté, tenía un puñal con un extraño mango en mi mano derecha y estaba cubierto de sangre. A mi alrededor estaban los cuerpos sin vida de todos ellos. Juro por Dios que jamás he matado a nadie y que nunca les haría daño a mis amigos. ¡Tiene que creerme!
Bienvenidos al universo de M: 40.

El conjunto de Crust Hardcore sueco M: 40 editó el 28 de septiembre de 2019 su nuevo trabajo «Arvsynd» vía Suicide Records.

Su line up es: Sebben (voz), Erik (voz), Daniel (guitarra y voces), Johan (bajo), Simon (batería).

Sin perder un ápice de la fiereza característica del género que ejecutan, el quinteto sueco incluye a sus composiciones un punto de dramatismo y decadencia muy a tener en cuenta. Estas cualidades hacen que sobresalgan del saco donde están millones de agrupaciones del susodicho estilo que no aportan nada a éste. Personalmente, la verdad es que hubiese preferido más velocidad, mas os aseguro que no creo que nadie quede decepcionado con el último trabajo de estos tipos. La producción, sin llegar a resultar jamás embarullada, es sucia y descarnada. Con el artwork no sé qué decir. ¿Os dice algo?, a mí no mucho.

Fluidos, melancólicos, agresivos… Esos adjetivos describen a la perfección las seis cuerdas. A su vez, es necesario que os comente que incluyen dobles armonías y leves pinceladas de palm mute.

En la sección vocal, el chaparrón de screamings violentos os va a desollar vivos. No os digo nada y os lo digo todo.

Las cuatro cuerdas, por lo general pasan desapercibidas. No obstante, llegan a tener su momento de gloria en ‘In i labyrinten’, ‘Viskningar i mörkret‘ y ‘Ur skuggan‘.

He tenido la sensación de que en la percusión los mid ganan a los up tempos. Eso sí, una vez pisan el acelerador se os caerá los palos del sombrajo.

Llamaron especialmente mi atención ‘Svinakungens sal‘ y ‘Viskningar i mörkret‘.