Crítica: Noctem – The Black Consecration (2019)


Le había sido infiel al Rey con un joven campesino. El castigo no se hizo esperar. Decapitaron al muchacho en la plaza del pueblo. Fue entonces cuando perdió la cordura por completo. Después de la ejecución, la trasladaron a una lúgubre mazmorra. La despojaron de su corona y sus ropajes, siendo violada varias veces. Al acabar, los guardias colocaron la cabeza de su amado en una pequeña mesita al lado de lo que a partir de ese momento sería su cama. La empujaron al viejo catre, dejándola con moratones y heridas sangrantes por todos sus orificios. Acto seguido, cerraron la pesada puerta con llave. El resonar de la cerradura fue el peor sonido que jamás había oído. Sabía que no saldría de allí jamás. Su único consuelo era que en poco tiempo perecería de inanición y podría estar de nuevo con el amor de su vida…

Bienvenidos al universo de Noctem.

Los Black Death metaleros Noctem, lanzarán el 1 de noviembre de 2019 su nuevo trabajo titulado «The Black Consecration», gracias a  Art Gates Records.

Su line up es: Beleth (voz), Exo (guitarra), Varu (bajo), Voor (batería).

Pues así como quien no quiere la cosa, y sin despeinarse, el ahora cuarteto de Valencia nos vuelve a reventar el cráneo con una nueva y buena ración del mejor «ruido» radical que podáis imaginar. Poco descanso vais a encontrar en este lanzamiento que rezuma maldad por los cuatro costados. La celeridad y la consistencia de las tonadas es toda una constante que se mantiene desde el primer segundo de música hasta el final del Long Play, dejando a cualquiera que tenga las agallas de oírlo tan complacido como exhausto, ya que cosas así no son aptas para todos los metalheads. Plásticos como este cierran la boca a todos los detractores de la música extrema creada en España. Ahí lo dejo. En otro orden de cosas, la producción es saturada en cuanto a seis cuerdas, pero ni mucho menos inentendible. El fallo viene en el tratamiento del sonido de batería, que llega a resultar cargante y a veces molesto. Con el artwork, poca o ninguna pega se puede poner. Creo que la portada representa a la perfección lo que se encuentra al darle al play al susodicho redondo.

Cuidado con las seis cuerdas, son tan macabras y gélidas que posiblemente destruya vuestra alma. Podréis deleitaros con dobles tonos y armonías, embistes de tremolo picking e incluso instantes acústicos.

En los registros vocales no hay tontería alguna. Agresión y nada más que agresión es lo que transmite los alaridos de Beleth.

Voor hace una labor digna de admiración. Este hombre golpea sus parches con una pasión y una velocidad extraordinarias. Los blast beats y los up tempos mandan y no tu banda.

Desde mi punto de vista, los mejores temas del Larga Duración son ‘All That Now Belongs to the Earth’ y ‘Let That is Dead Sleep Forever’. Una vez las catéis sabréis por qué.

Poco más me queda por decir amigos. Si degustáis de estas sonoridades, no os podéis perder la última acometida de los valencianos.

Nota: 8
Autor: Chus

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