David Muñoz es el hombre que está a cargo del proyecto de Atmospheric/Symphonic Post-Black Metal Yermo. El pasado 1 de diciembre de 2023, lanzó su primer Elepé homónimo, y aquí que llega un servidor a traeros la entrevista que le hice.
- Saludos, es un placer tenerte en nuestro pequeño y humilde medio. ¿Qué te parece si comenzamos con la rueda de preguntas?
Adelante, muchas gracias.
- En primer lugar, ¿cómo y cuándo comienza la vida de Yermo?
En 2020, con el obligado parón a causa de la pandemia, en Sun Of The Dying, la banda de Doom/Death Metal en la que toco, entramos en una especie de hiato. Como somos un grupo de directo, de ensayarlo todo en el local, y no tan habituados a trabajar de manera telemática, paramos un poco la máquina mientras seguíamos componiendo en casa. Como soy incapaz de estarme quito empecé a componer cosas que poco tenían que ver con lo que hacíamos en Sun, y también retomé algunas ideas que llevaba un tiempo en la nevera.
Cuando estas ideas se fueron transformando en canciones, retomé la idea de inspirar las letras en Castilla, algo que tenía pendiente de hace mucho tiempo, y todo fue cobrando coherencia en cuanto a sonido, estilo y temática. Ahí nació Yermo como proyecto.
- ¿Cuál es el primer disco de Rock o Metal escuchaste, y qué fue lo que te impactó de dicho redondo?
Mi primer disco de Rock, como buen vallisoletano, fue «Nos Vemos en los Bares» de Celtas Cortos. Un directo que me sigo poniendo de vez en cuando y que reunía a un elenco de músicos espectacular. Luego unos cuantos discos que cambiaron mi vida de chaval y que me hicieron convertirme en el músico que soy ahora, como el «Imaginations from the Other Side» de Blind Guardian, «Blackwater Park» de Opeth o un trabajo que creo que influyó directamente en lo que hoy es Yermo, el «Mabool» de Orphaned Land.
- ¿Cuáles son tus principales influencias musicales?
Me gustan muchísimas cosas muy diferentes y, de una manera u otra, todas pueden haber influido en la música que hago. De hecho una cosa que me encantan es meter elementos armónicos, melódicos o rítmicos de unos estilos de música e introducirlos en otros. Por ejemplo, en este disco hay una pieza, ‘Un Mar de Polvo’, que tiene melodía y ritmo de jota castellana. Si hablamos de bandas como tal, creo que siempre tengo que mencionar a Anathema y The Gathering, porque son dos grupos que evolucionaron mil veces, pero siempre de manera coherente y haciendo cosas maravillosas.
- ¿Oyes otros estilos apartados del Rock y el Metal?
Sí, me gusta muchísima música. Hay compositores de clásica contemporánea como Philip Glass o Johan Johansson que pueden causarme la misma sensación que muchas bandas de metal melancólico. El Brit Pop es un placer culpable para mí, y también casi todo lo que suene a Progresivo.
- Entrando ya en tu primera obra, ¿qué nos puedes contar sobre sus sesiones de grabación?
Fue una grabación larga, de prueba y error, en la que todo fue cambiando según iba avanzando. La propia composición se hacía a la vez que se grababa y no había nada premeditado, por lo que todo creció y fluyó de manera muy orgánica.
- ¿Cuál es tu método compositivo?
No hay un método como tal en mi caso. A veces parto de una melodía que me gusta, de un riff de guitarra o de una parte de piano. Por lo general intento trabajar todas las armonías con el piano antes de pasarlo todo a guitarra porque es mucho más fácil ver qué funciona y qué no, pero no siempre lo hago así.
- ¿Qué te inspira a la hora de crear tanto letras como música?
En el tema de las letras en este disco he trabajado con recuerdos de niñez y con la literatura que describía los paisajes en los que yo he vivido. Por lo general hablo de experiencias personales, como en ‘El Peso del Sol‘, en el que comparo la tierra seca y vacía de Castilla con la memoria de mi abuela desvaneciéndose y aferrándose solo a sus recuerdos de niñez. Intento crear imágenes con las palabras, o al menos que aparezcan en mi mente para intentar reproducirlas sobre el papel.
En cuando a la música, las ideas aparecen cuando menos lo esperas, sobre todo en ámbitos relajados.
- ¿Quién fue el encargado de realizar el artwork?
Lo hizo Tomás Perales, de Nombre artístico Masles Roy, un pintor madrileño con un gusto exquisito. Le envié el disco para que hiciese lo que él crees conveniente y me vino con la maravillosa pintura que finalmente se convirtió en portada del disco.
- En líneas generales, ¿has quedado contento con el resultado final?
Soy un eterno inconformista y siempre cambiaría mil cosas, pero creo que al final un disco es como una fotografía de un momento concreto y estoy contento con lo que representa. Creo que es un trabajo arriesgado, pero muy personal y que dice mucho de mí como músico, con sus luces y sus sombras.
- ¿Qué tal están siendo la acogida de «Yermo» tanto a nivel de medios especializados como del público?
Para ser un primer disco la recepción está siendo muy buena. Hasta ahora buenas críticas y el sentimiento general de que es algo distinto y difícil de clasificar. Para mí eso ya es una pequeña victoria.
- ¿De los 6 cortes que componen el plástico, cuál crees que define mejor lo que es Yermo?
Me resulta complicado elegir uno porque hay muchos cambios dentro del disco, aunque creo que en general mantiene cierta coherencia. Quizá ‘Cencellada‘, el corte que abre, sea la pieza más variada y que más elementos del disco aglutine.
- Para finalizar, ¿qué le dirías a los lectores de Broken Tomb que aún no se han parado a escuchar el disco para animarlos a que lo hagan?
Es un disco que puede ser difícil, pero creo que muchos amantes del Metal Extremo pueden sacar algo de valor de aquí, tanto quienes disfrutan del Death Melódico, del Black Metal como del Doom. Con Yermo he intentado poner música a las planicies eternas de Castilla, al frío de las mañanas, al peso del sol en verano y a la niebla entre las encinas que me han acompañado desde niño, y creo que ese aire castellano hace de este disco algo diferente.
Autor: Chus
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