El comienzo del infierno. Nadie sabe el preciso nacimiento del infierno a nuestro alrededor. Etiquetar en el tiempo la irrupción de la eterna maleficación puede parecer una osadía tentadora para los estudiosos del tema. Sin embargo, es una advertencia perspicua suspendida boca abajo el indagar temerosamente en las increíbles ramificaciones que ello comporta. Así, quienes se atreven a cruzar las líneas negras del realismo terrorífico que aguijonea hasta límites demenciales la existencia antes conocida como propia en un ser humano crean un ambiente propicio desatado entre salvajes olas de locura sufriente en un final sin principio reemplazable. La derrota del bien a manos del estrago supone una desaparición incontenible de la salvación prometida en las distintas religiones que componen el mundo de hoy. Para conocer desde cuando ésto es así, la sombra sin tamaño discernible de una vida derrocada por el viciado aire del maligno se muestra mefíticamente supurante en un acto de vomitiva involución repleta de sangre esparcida en un río rojo púrpura de hedionda y vil profundidad condenatoria.
El disco de hoy es el elepé «Instinctual Disease» (Enfermedad instintiva) del dueto noruego Entomophthora (Entomophthora muscae, un hongo parásito de efecto devastador sobre las moscas comunes), practicantes desde 2022 de Metal Muerto Moderno. Sus integrantes poseen experiencia contrastada en la escena de su país, con una calidad muy patente impresa en su trabajo. La fecha de lanzamiento fue el 22 de noviembre de 2024 en cedé, vinilo y digital a través del sello neerlandés Soulseller Records.
La portada, sustentada en un feroz blanco y negro, es un dibujo insano de perturbadora elaboración, exponiendo una representación simbólica de un desequilibrio patogénico fuera de toda descripción médica. El nombre del grupo es muy visible, en contraste con el diminuto tamaño elegido para el título del álbum.
La producción es intachable, con una esplendorosa compartimentación sonora. El listado de canciones lo forman 8 piezas, ejemplarmente medidas, con ‘A Primordial Might‘ (Poder primordial) destacando por su exuberante brevedad de 01:20, mientras que el resto se posiciona ordenadamente superando los cuatro minutos sin llegar a los cinco en una escala perfecta y precisa.
Los ritmos engarzados son lentos, medios y rápidos.
La voz es excavante y traumática en su desgarrador timbre, con matices infecciosos de generosa implementación. En la canción ya referida de ‘A Primordial Might‘ se captan atisbos del vocalista de los míticos Testament (Testamento) en sus primeros cinco álbumes –«The Legacy» (El legado), «The New Order» (El nuevo orden), «Practice What You Preach» (Practica lo que predicas), «Souls of Black» (Almas de oscuridad) y «The Ritual» (El ritual) – por su matización tonal característica durante los fraseos melancólicos en una prueba de respetuosa conformación plausible, mientras que en el corte ‘Aftermath‘ (Repercusiones) -el tema final del redondo-, tenemos una voz en limpio aminorada de inesperada irrupción. No queremos dejar atrás la sentida expectoración que se puede disfrutar en ‘Vortex of Violence‘ (Vórtice de violencia).
Las guitarras crean partituras metálicas de directa realidad malsana, con inclinación a una fastuosa inmortalidad destrozante. Los solos en el tema que da nombre al disco permiten extraer un añadido mágico de extática implementación. En las canciones ‘Tormented and Torn‘ (Atormentado y desgarrado), ‘Vortex of Violence‘ (Vórtice de violencia) y ‘The Flames of Chaos‘ (Las llamas del caos) encontramos un sobresaliente empleo de sintetizador atmosférico que nos recuerda a determinados altares de locura perfectamente insertos en la composición.
El bajo forma un creativo orbe de líneas compactas y acuciantes, encajadas como un guante de pinchos en la vesania filosófica generalizada del grupo. En el ya citado ‘The Flames of Chaos‘ comprobamos su influencia con un sentido más inherente en su pulsátil perceptibilidad.
Su compañera rítmica, a los parches, los platos y el doble pedal contiene un punto superior de potencia y febrilidad, uno de los baluartes que hallaremos en todo el elepé, ajeno a fáciles contrapuntos desidiosos.
Reseñar por último la inclusión de una versión milimétrica del tema ‘Mass Hypnosis‘ (Hipnosis de masas) de las leyendas brasileñas Sepultura en su mejor momento.
Coda: un disco extremo destinado a abrir caminos nuevos en el auspiciante panorama noruego del siglo XXI.
Nota: 8.5.
Autor: Deader.
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