Crítica: Dissolve Patterns – Dissolve Patterns (2022)


Las vigas de metal comenzaron a tambalearse, para al final acabar cayendo de forma violenta y ruidosa. El temblor fue lo suficientemente poderoso como para lograrlo. Todo ocurrió muy rápido. Tanto, que los mendigos que usaban la obra a medio acabar como refugio acabaron atrapados algunos, y otros muertos. Roke formaba parte de ambos. Tal y como estaba, tenía muy claro que nadie podría salvarlo ya. El dolor que sentía en el costado derecho y en ambas piernas poco a poco desapareció, dando paso a un entumecimiento y a una sensación de cansancio como nunca antes experimentó. Ocurría porque estaba perdiendo sangre. Las heridas, atendidas a tiempo tal vez no fuesen mortales, pero tal y como estaban las cosas, en un rato no le quedaría ni una sola gota del líquido carmesí que lo sustentara. Toda su vida fue un fracaso, una humillación constante y una agrupación de sucesos negativos que lo llevaron a la indigencia. Al menos, el tormento existencial no tardaría en acabar….
Bienvenidos al universo de Dissolve Patterns.

Brucia Records lanzó el 29 de abril de 2022 el debut homónimo de los Avant Garde Post Black metaleros Dissolve Patterns.

Al grupo le dan vida las siguientes personas: Annabel Van Eester (chelo), Rien Beersmans (batería y voces), Bram Van Den Broecke (guitarra y voces), Nemo Raes (bajo, guitarra, voces).

Queridos lectores de Broken Tomb, es posible que a muchos de vosotros no os interese demasiado la propuesta de los de Bélgica. Y es que, cualquiera que desee solo agresión quedará más bien decepcionado. El cuarteto, nos ofrenda un viaje sónico único, donde la agresión y los instantes más «ambientales» y pausados están perfectamente equilibrados, sin que lleguen a decantarse más por uno u otro. Los desarrollos son extensos, bien elaborados y no exentos de una atmosfera dramática y asfixiante. Asimismo, la producción es de todo menos saturada o sucia. Podréis distinguir perfectamente que es lo que está ocurriendo. Respecto al artwork, es abstracto, alejándose completamente de típicos tópicos dentro del mundillo extremo.

Las seis cuerdas suenan «limpias». Como decía con anterioridad, pueden pasar de ser calmadas a furiosas en un solo segundo. Por supuesto, usan tremolo picking y dobles armonías. Ah, es imposible olvidar al chelo. No participa siempre, aunque al hacerlo deja muy buen sabor de boca.

Violentas, así suelen ser las voces. Anecdóticamente, las clean vocals narradas llegan tan solo en la inicial ‘I‘.

El bajo tiene presencia a lo largo y ancho de todo el redondo. Da gusto cuando las cuatro cuerdas no caen en el olvido.

He tenido la sensación de que los mid tempos tienen más tiempo en escena que la velocidad en lo que a percusión se refiere. No se olvidan de pisar el acelerador a fondo, mas creo que se sienten más cómodos cuando golpean los parches a medio gas.

Echadle un oído a ‘‘ y ‘III‘. Ambas, definen a la perfección el modus operandi del grupo.

Si queréis algo más que mala baba, dadle al play al Long Play que me he dedicado a comentaros hoy.

Nota: 6,5
Autor: Chus

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