Crítica: Extinction A.D – Culture of Violence (2022)


«Hubo un tiempo, donde la violencia era obvia, explicita y descarnada. Hoy en día, salvo hechos atroces relativamente aislados, está “velada”. ¿Acaso no se puede considerar agresión la censura, la manipulación de masas o la manera en la que nos han convertido en máquinas de consumir y producir sin mente alguna? ¿En qué momento la raza humana se tornó tan dócil? Comenzad a pensar por vosotros mismos. Dejad de ver y oír los medios oficiales de comunicación. ¡Razonad por vosotros mismos maldita sea, dejad de ser marionetas de unos estúpidos titiriteros que entre todos le hemos dado un poder que no merecen! Ahora, es el momento idóneo para que los poderosos caigan, para que nos quiten las vendas de los ojos, para que la violencia vuelva a ser física contra todos aquellos que nos han lavado el cerebro generación tras generación…..»
Esas son las patochadas que tengo que oír a diario de supuestos revolucionarios. Su panfleto suele ser siempre el mismo, y mis órdenes para taparles la boca también. A éste en concreto, le quité las ganas de destrozarnos el pastel con un tiro en la cabeza. El vacío populacho necesita ser guiado por pastores, y así será siempre…
Bienvenidos al universo de Extinction A.D.

El próximo 18 de marzo de 2022, Unique Leader Records lanzará al mercado el tercer Larga Duración del combo de Thrash Crossover Extinction A.D «Culture of Violence».

Por supuesto, y como siempre, antes de arrancar de verdad la reseña, repasemos un momento cual es el line up del grupo: Rick Jimenez (guitarra y voz), Ian Cimaglia (guitarra), Tom Wood (bajo), Mike Sciulara (batería).

Nada más le di al play al disco que hoy nos ocupa, automáticamente fui trasladado a mediados de los 90. Redondos como «Chaos A.D», los dos primeros de Biohazard, los Slayer de «Seasons in the Abyss» o el «Vulgar Display Of Power» vinieron de golpe a mi mente. Y es que amigos, esa mezcolanza es la que nos traen los de New York. No os voy a mentir, sin que ni mucho menos haya pensado que el álbum no vale la pena, la verdad es que me ha llamado la atención lo justo. Es innegable que existen momentos de gloria que salpican aquí y allá el Elepé, pero…. no sé, le falta chispa.

Los riffs, eternamente rotundos os destrozarán el cráneo. Las dosis de rotundidad con palm mute son superlativas, sin olvidarse de la fluidez. Asimismo, también hay una buena ración de instantes punzantes que bien podrían haber sido firmados por el mismísimo Kerry King. Los solos, sin ser espectaculares, tienen miga.

El registro vocal es netamente new Schoool Hardcore. ¿Ya sabéis qué significa esto verdad? Si no es así, ¿a qué esperáis para descubrirlo por vosotros mismos? Anecdóticamente, emergen coros «core» y leven pinceladas de un tono levemente menos agresivo, aunque igual de efectivo.

El bajo se luce en ‘Mastic‘. ¿En alguna más? No os lo digo, os insto y animo a que catéis el plástico.

A medio gas suele ir la percusión. No arrojan al más profundo y oscuro pozo a los Up tempos, mas lo que predomina es la pesadez.

Destacaría ‘Dominion‘, ‘Mastic‘ y ‘1992‘ como lo mejor del Long Play.

Recomendado para nostálgicos de épocas pasadas y «ruido» con agallas.

Nota: 6
Autor: Chus

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