Crítica: Desultory - Bitterness (Reedición 2022)

Morimos en el mismo momento en que nacemos. Cada día que pasa se resta al tiempo que nos queda de existencia. Durante el a veces largo y siempre corto camino existencial, algunos se harán preguntas como: ¿cuál es el motivo de que esté aquí, con qué fin sigo respirando? Otros simplemente verán transcurrir el tiempo sin emplearlo en cosas que en realidad les aporten algo. Son los que yo considero meros espectadores de lo que le ocurre, siguiendo la corriente como la inmensa mayoría. Supongo que ellos serán mucho más felices. Sus metas son triviales y típicas. Pero los que somos como yo, luchamos en vano contra un mundo, o mejor dicho, una estructura social que no nos sentimos que pertenezcamos. Alguien humilde y sabio dijo una vez: «el tiempo no pasa, pasamos nosotros». Ojalá el mío nunca hubiese empezado…
Bienvenidos al universo de Desultory.

El 21 de junio de 1994, Metal Blade Records lanzó el segundo trabajo de los Death metaleros Desultory llamado «Bitterness». En la actualidad, MDD Records decidió reeditarlo el 18 de febrero de 2022. Por la parte que nos toca, no podíamos dejar pasar la oportunidad de revisar dicho clásico de la música extrema.

La alineación que grabó dicho redondo fue: Klas Morberg (guitarra y voz), Stefan Pöge (guitarra solista), Håkan Morberg (bajo), Thomas Johnson «Snake» (batería).

Sentimientos encontrados tengo con este clásico, y con vuestro permiso, procedo a explicarme. De entrada, lo que siempre me pareció una mala idea, fue intercalar los temas impares a medio gas con los tracks pares que iban a plena potencia. Teniendo en cuenta que estamos ante un disco de 9 tonadas y que esa estructura se repite hasta el sexto ataque sónico, es imposible no calificar al Long Play de predecible. Se agradece que la séptima y novena canción sean rabiosas a más no poder, pero ya era demasiado tarde como para alejar de un plumazo la sensación de que la sorpresa compositiva no existe. Por otro lado, las que apuestan por la rotundidad, tampoco es que sean nada del otro mundo, bajando la nota considerablemente.

Las seis cuerdas son tan salvajes como dramáticas. El sentido de la melodía de Klas Morberg y Stefan Pöge fue realmente bueno. Por supuesto, no faltan a la cita ni las dobles armonías ni unos solos de carácter grisáceo y apesadumbrado.

Con las voces no hay pega alguna. Growls a la europea a la vieja usanza. ¿Sabéis a qué me refiero verdad?

Sólida cual roca es la percusión. El defecto que le veo ya lo comenté en el párrafo principal. Lástima que optaran por una construcción tan sumamente previsible.

Destacaría los cortes más descarnados como lo mejor del álbum. Ya sabéis que números tenéis que poner ¿no? Por si acaso, os dejo los títulos por aquí: ‘Left Behind‘, ‘Taste of Tragedy‘, ‘Among Mortals‘, ‘Enslaved‘ y ‘Cold Bitterness‘.