Crítica: Fierce Cult – Where Humanity Ends (2021)


¡Se lo juro, tiene que creerme! Cuando llegamos allí ya fue demasiado tarde. La ciudad estaba devastada por completo. Nos fue imposible rescatar al presidente. De hecho, ya no había nadie a quien rescatar. La bomba bacteriológica lanzada por el enemigo consiguió un doble efecto: matar a buena parte de la población, y mutar a los supervivientes en algo que desde luego no era humano. Sé que parece una locura, pero a todas miras aquellos desgraciados que emitían un horripilante sonido gutural de movimientos torpes, parecían zombies. Escapamos por los pelos del lugar. Ahora, lo principal es poder contener la situación, si no, se extenderá al resto del planeta….
Bienvenidos al universo de Fierce Cult.

SAOL, junto con Blood Fire Death, lanzarán el 1 de octubre de 2021 el primer L.P de los Groove Death Thrash metaleros Fierce Cult, llamado «Where Humanity Ends». Me es necesario recordaros, que anteriormente, el conjunto se hacía llamar The Seed. Con ese nombre, llegaron a editar un buen puñado de material. Sin embargo, aquí nos centraremos en su nueva etapa, y obviamente reseñar el disco anteriormente mencionado.

El line up de la banda es: Koko (voz, guitarra, bajo), David (guitarra, bajo), Molano (batería).

Hoy por hoy, una vez leo la palabra Groove me echo a temblar. Da igual con qué esté mezclado. De normal, las agrupaciones que deciden meter dicho estilo en su música, se dedican a ser pesadas en todos los sentidos, sin ofrendar ni el más mínimo ápice de versatilidad en su propuesta. Afortunadamente, existe un puñado de bandas que saben cómo hacerlo bien y dejarme con la boca abierta. Ese es sin duda el caso de los madrileños. Los aproximados 50 minutos de «ruido» que dura el Elepé se gozan de principio a fin. La culpa de ello la tiene el dinamismo compositivo y el perfecto equilibrio entre dureza y fluidez. Ya podían aprender algunas “vacas sagradas” de ellos. Por si fuera poco, tanto la producción como el artwork acompañan. Por ser quisquilloso, y de forma completamente subjetiva, tal vez en mi caso hubiese variado el sonido de los parches. Cuidado, que no suenan mal, tan solo me resultan algo…. no sé cómo decirlo…. inorgánico. Por lo demás, no tengo nada que objetar.

Las seis cuerdas no pueden ser más quiebra cuellos. Latigazos thrashers, embistes de tremolo picking, dobles armonías y mucha, mucha mala baba es lo que crean Koko y David con sus respectivas «hachas». Los solos, de corta duración y aparición esporádica son más que correctos. Lástima que la lead guitar no trabaje más.

En el apartado vocal, no esperéis moderneces, clean vocals o tontería alguna. Si os gusta los registros descarnados, llegaréis al nirvana con los exhibidos a lo largo y ancho del plástico.

A pesar de que en líneas generales las bass line pasen más bien desapercibidas, no os perdáis ‘Anger‘. No os digo más.

Respecto a la percusión, y obviando la “pega” comentada con anterioridad, es innegable que el adjetivo que mejor la define es: rocosa. Tiende a ir a medio gas sin renunciar a los “golpes relámpago” y los up tempos

Aplastaron mis sesos la ya mencionada ‘Anger‘ y la tonada que da nombre al Long Play. Aunque bien es cierto que podría nombrar cualquiera de las demás.

Elepés como éste, hacen que vuelva a tener fe en el tipo de Metal que crea el power trio que ha protagonizado las esquelas que habéis leído hoy. Larga vida a Fierce Cult.

Nota: 8,5
Autor: Chus

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