Crítica: Funebria – Death of the Last Sun (2021)


Jamás supo cuál fue el momento exacto en el cual perdió el control. Ya no le importaba el equilibrio entre la vida y la muerte, tan solo deseaba cosechar el mayor número de almas posible. Su presencia se hizo tan visible como gigantesca, y si alguna vez hubo el más mínimo atisbo de piedad o compasión hacia cualquier ser mortal desapareció dentro del maremágnum de su propia locura. Tan solo el mismísimo Todopoderoso podía plantarle cara. Desde luego, cuando llegase la contienda, intentaría arrancarle el alma a tiras, mientras tanto, procuraría de un solo tajo, cortarle la cabeza con la guadaña que una vez le fue entregada para realizar el trabajo más horrible de todos….
Bienvenidos al universo de Funebria.

Los Black Death metaleros Funebria, lanzaron el 17 de abril de 2021 su tercer Elepé «Death of the Last Sun» gracias a Satanath Records y Dark Terror Temple.

El line up de la agrupación es: Daemonae (guitarra y voz), Blackmiroz (guitarra), Perverssturm (bajo y voces), Naberius (batería).

Últimamente, no sé si es que soy yo que estoy muy quisquilloso, o son las bandas que escucho, pero la verdad es que ninguna consigue llamar completamente mi atención. Tristemente, en el caso de hoy, es eso precisamente lo que me ocurre. Lo mejor de todo, que los de Venezuela emanan personalidad propia, y eso es de agradecer en los tiempos que corren. Sin embargo, creo que les falta un último empujón para despuntar de verdad dentro de su propia escena. Metiéndonos en lo que es el álbum en cuestión, todo está en su sitio. Ni sobra ni falta nada. Los aproximados 31 minutos de música que ofrendan, son una experiencia que tal vez a más de uno no le hará saltar del sillón para hacer headbanging, pero desde luego le proporcionará un rato cuanto menos agradable.

Los riffs, siempre macabros resultan ser toda una cosechadora de almas. Asimismo, he tenido la sensación de que puntual y anecdóticamente se coquetea con el Thrash, dándole más matices a la propuesta. Si os preguntáis si usan dobles armonías y tremolo picking, la respuesta es un claro y rotundo sí.

Violencia y agresión, eso es lo que transmite el registro vocal de Daemonae. Obviamente, no hay moderneces absurdas ni clean vocals.

El bajo brilla un poco más en ‘Ethereal Form of Saints‘. Lástima que en el resto de las todas pase más bien desapercibido.

Cambiante y dinámica es la percusión. Naberius nos da de todo, desde up y mid tempos desgarradores, hasta «golpes relámpago», y todo ello, por así decirlo, sin despeinarse. Buena labor la que hace tras su kit de tambores sí señor.

Recalcaría la final e incendiaria ‘Black Waters Caesar‘ como lo mejor de la acometida sónica.

Independientemente de la opinión de cualquier redactor o medio especializado, lo mejor es que catéis por vosotros mismos el Long Play. Así que hacedme caso, y dadle la oportunidad que claramente merece.

Nota: 6,5
Autor: Chus

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