Crítica: Deeds Of Flesh - Nucleus (2020)

Había estado en estado de hibernación desde hacía millones de años. Sus hacedores, viendo que no podían controlar a tan peligrosa arma de combate biológica, decidieron enviarlo a otro planeta en una capsula presurizada que se estrelló en el mar. Unos terribles experimentos humanos destrozaron su cárcel de acero y tecnología. Ahora, al fin libre, haría de ese estúpido y nuevo lugar su nuevo hogar. Para ello, primero tendría que acabar con la amenaza que suponía la especie imperante. La mayoría serían exterminados. Los pocos supervivientes, gracias a su poder de control mental se transformarían en esclavos sin voluntad alguna…
Bienvenidos al universo de Deeds Of Flesh.

Después de siete largos años de espera, el combo de Technical Brutal Death Metal Deeds Of Flesh vuelve a la carga con «Nucleus», su nuevo y flamante trabajo que verá la luz el 11 de diciembre de 2020, gracias a Unique Leader Records.

En la actualidad el conjunto lo compone: Jacoby Kingston (voz), Craig Peters (guitarra), Mike Hamilton (lírica), Ivan Munguia (bajo), Darren Cesca (batería).

La única pega que le puedo poner al noveno Elepé de los californianos es que se acaba. ¡Por el amor de Odín, vaya pedazo de disco! Estos tíos dan una señora lección de cómo componer y ejecutar el género anteriormente mencionado. Después de la para mí larga introducción de la inicial ‘Odyssey‘, inicia un viaje sin retorno al mismísimo apocalipsis. Olvidaos de secciones absurdas o innecesarias, mediocridad o temas de relleno. Aquí todo, y vuelvo a repetir, todo, es literalmente perfecto. Para más inri, han contado con la colaboración de un buen puñado de los mejores músicos dentro de la escena extrema, tales como Luc Lemay (Gorguts), John Gallagher (Dying Fetus), George “Corpsegrinder” Fisher (Cannibal Corpse) o Frank Mullen (Suffocation) entre otros. Impresionante, ¿verdad?

Las seis cuerdas os arrancarán la piel a tiras mientras gritáis pidiendo una compasión que no hallaréis. Disfrutaréis de riffs fluidos, palm mutes, embistes de tremolo picking completamente adictivos y unos solos de carácter melódico que quitan el hipo. Así sí.

Los predominantes growls profundos llegan a compartir espacio vital con leves pinceladas de guturales agudos rasgados de forma orgánica y nada forzada.

Maravillosa la labor de Ivan Munguia con el bajo. Sus líneas demuestran cuanto potencial tiene un instrumento que usualmente está relegado a un segundo o tercer plano.

Mr Cesca yo diría que no es humano. Lo que consigue este hombre tras su kit de tambores es asombroso. Me quito el sombrero ante él. Describir lo que hace es algo absurdo. Sin embargo, para lo novatos diré que los «golpes relámpago», los giros rasantes de celeridad y las réplicas bombos / «hachas» están a la orden del día.