Crítica: Demonik – Ashes of the Earth (2020)


No había quedado nadie con vida. Las calles, desérticas en su totalidad, estaban repletas de una espesa arena de color similar a la ceniza. Se expandía por cada rincón de la ciudad. En realidad, aquella sustancia no era otra cosa que los restos de todos los ciudadanos del lugar. La invasión extraterrestre fue tan veloz como sanguinaria. En tan solo unas dos horas, habían conquistado por completo el planeta, convirtiendo en mero polvo a cualquier ser vivo que pudiese convertirse en una amenaza para los ahora amos del lugar…
Bienvenidos al universo de Demonik.

«Ashes of the Earth» es hasta la fecha el último disco de los Thrashers Demonik. Vio la luz de forma independiente el 30 de enero de 2020. Es la reedición interpretada en inglés de «Cenizas de la Tierra», lanzado en el ya lejano 2013.

En la actualidad su line up es: Gonzalo «Icarus» (bajo), Víctor Salinero (guitarra), Hugo González (guitarra y voces), David Alarcia (voz).

Impresionante. Si comparamos «Demon» con «Ashes of the Earth» comprobaréis sin problema alguno el enorme paso de gigante que han dado en materia de composición y estructuración musical. El disco en cuestión es infinitamente más sólido que su predecesor, puliendo su propuesta hasta llegar a ser realmente loable. La sensación de desenfoque ha pasado a mejor vida. A ver, cierto es que no inventan la rueda, y que a título personal el género que ejecutan hoy por hoy no me interesa lo más mínimo por razones que ya he explicado millones de veces. No obstante, cuando hay calidad, uno solo puede hacer una cosa: reconocer y felicitar. Lo que vuelve a ser un punto a mejorar es una vez más la portada. Por el amor de Odín, vaya artwork más insípido.

Las afiladas seis cuerdas revientan cráneos a base de palm mutes endiablados y dobles armonías que cuando es necesario abrazan sin pudor alguno al Metal más clásico. Poca broma con la lead guitar. No os digo nada y os lo digo todo.

David sigue con sus registros vocales agresivos. En esta ocasión, tropezaréis con anecdóticos pero letales growls en ‘Bullets of Hate‘.

La percusión es intensa. El equilibrio entre celeridad y contundencia es total. Desde aquí, los animo a que no teman incluir blast beats, ya que ganarían poderío y algo de frescura.

La anteriormente mencionada ‘Bullets of Hate‘, junto con ‘Storm‘ y ‘In the Darkness‘ son mis canciones favoritas del disco. Para que sepáis por qué, lo mejor será que las catéis.

Amantes del «Metal Apaleador» actual, el redondo que me he dedicado a comentaros a lo largo de la reseña que está a punto de acabar os va a gustar sí o sí.

Nota: 7
Autor: Chus

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