Crítica: Mazikeen - The Solace of Death (2020)

La nieve no para de caer. Dentro de poco, estaré cubierto por completo. Mi movilidad es casi nula. Las heridas de mis pierdas me lo impiden. Al menos, han parado de sangrar. Supongo que mis amos han disfrutado de la cacería. Lo que no llego a discernir es como un ser humano puede llegar a ser tan cruel. Les serví de forma fiel siempre. No entiendo el castigo. Reían a carcajadas mientras me disparaban y dejaban que los perros me mordisquearan un poco. Les dio igual mis gritos y suplicas. Pronto, la parca, disfrazada de Morfeo vendrá a por mí. Espero que en el otro lado no exista la esclavitud…
Bienvenidos al universo de Mazikeen.

Satanath Records, junto con Iron, Blood And Death Corporation, lanzaron el 23 de marzo de 2020 el primer L.P de los Symphonic Death Black metaleros Mazikeen llamado «The Solace of Death».

Al combo le insufla vida las siguientes personas: Marco Pitrruzzella (batería), Kris Marchant (guitarra), James Edmeades (voz), Andrew Shiells (guitarra y sintetizadores), Aretstikapha (piano y sintetizadores).

Loable a la par que ambicioso es el debut en formato Larga Duración de los de Australia. Ya era hora de que sacasen material de minutaje extenso, ya que desde 2017 lo único que ofrecían eran sencillos y un Extended Play. Las composiciones ofrendan unos desarrollos simple y llanamente magistrales, cargadas en todo momento de una malevolencia y dramatismo que no os dejará indiferentes. Sin embargo, no todo es bueno. Conforme avance la reseña iréis descubriendo sus puntos débiles.
La producción es «alta» y embarullada como suele ser normal dentro del género que ejecutan. Asimismo, la portada resulta confusa. ¿Alguien me puede decir qué es ese amasijo grisáceo con pinceladas anaranjadas?

Las seis cuerdas tienen el mismo protagonismo que el teclado, pasando a veces a un segundo plano. Hubiese sido más favorable que hubiesen estado mucho más presentes. Degustaréis de riffs fluidos, pasajes pausados, dobles armonías y embistes de tremolo picking. Poca broma con los solos. Ahí dejo ese dato.

Growls y shrieks se dan la mano y comparten espacio sin problema alguno. No podía pasar por alto el hecho de que tanto en ‘The Solace of Death‘ como en ‘Apostate‘ tropezaréis con instantes leves de voces limpias narradas.

Sinceramente, cuando a vuestros oídos lleguen ciertas partes de «golpes relámpago» lo primero que vais a pensar es que los parches son programados debido a un exceso de celeridad. A mí eso me chirría en exceso… Por lo demás, los tambores son dinámicos a más no poder.

Os recomiendo encarecidamente ‘Fractricide‘ y ‘Psychotic Reign‘. ¡Vaya dos temazos! Ah, otra cosa, era imposible que no os advirtiera que los cuatro cortes que ponen fin al disco son covers de Mayhem, Dissection, Dimmu Borgir y Darkthrone.