Crítica: Satan Worship – Teufelssprache (2020)


El 31 de enero de 2020 el trío germano brasileño practicantes de black/thrash y death ‘n’ roll Satan Worship lanzaron su segundo larga duración titulado «Teufelssprache» distribuido por el sello alemán Folter Records.

Satan Worship son: Markus Reincke (batería), Max Riesebrodt (guitarras) y Fabiano Teles (voz, bajo y guitarras).

El miedo al mal es desconocido entre los valientes músicos que dibujan pentagramas y portan calaveras como vestigio de celebraciones alabatorias del perdedor de los cielos, aquel de cuernos de cabra y cuencos vaciados por el castigo eterno de querer mirar más allá de lo permitido contraviniendo la bondad absoluta mediante un estilo de vida despreciado en general debido al temor atávico a ser dueño de tus propias decisiones y responsable de un destino surgido de tu propio yo. Pero no hay pocos que eligen este camino lleno de sinsabores, aparente marginación y lucha oscura defendiendo su lugar en el infierno lejos de la vida prometida. Satan Worship desde su nombre despejan dudas sobre sus intenciones maléficas, corroboradas por el título en alemán de este reciente trabajo, «Teufelssprache» que al español significa «idioma del diablo». La actitud demoníaca queda demostrada. Resta saber la aptitud artística . Ésta se halla apuntalada por una producción hosca, generando una atmósfera de azufre y negrura. La portada es en exceso arquetípica, con una imagen que no transmite en profundidad toda la malevolencia que debiera. Despiecemos.

Las guitarras suenan fuertes, destilando malignidad y ritmos varios, situándose el medio tiempo arriba en la conformación de los riffs. También se facturan registros más veloces y ralentizaciones protodeath muy bien ejecutadas cuando es el caso. Por Kali, los solos a las seis cuerdas se encuentran repartidos a lo largo y ancho del compacto con una ejecutoria eficaz de cortante naturaleza sonora.

La voz presenta una condición infernal iracunda siendo muy inteligible en su timbrado. Partes cortas y bien definidas con una técnica sacada de las cuerdas vocales del mismísimo Belial. En alguna ocasión el alarido toma salvaje posesión del canto necromántico.

La batería recibe un buen trato por parte de Markus a los parches, doble bombo y platos aunque echo de menos una mayor potencia en el sonido de golpeo. Con todo, su pericia es indiscutible, plasmando unas pautas de ritmo ductiles e insanas.

El bajo es manejado por Fabiano de forma atronadora, colocando su golpeadoras líneas con dominio y tacto. Suena en primera fila de esta misa negra musical sin importunar ni ser importunado. Un gran acierto de un cantante-bajista brillante y bituminoso en ambos cometidos.

Recalco los temas ‘Death Incarnate‘ por su apabullante solo de bajo, la absorbente ‘La Catedral‘ con un estribillo en español que nos recuerda  la serie de tv Narcos, ‘Antichrist‘ por ser la más frenética y esos tremendos solos desdoblados a las seis cuerdas y ‘Aokigahra‘ en alusión al tristemente célebre bosque de los suicidios japonés retrotrayéndome su estructura a los Metallica del «Kill’Em All».

Un redondo con apenas grietas en su contenido, de escucha preferente para buscadores del mal bienhadado.

Nota: 7
Autor: Suicider

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