Crítica: Thorns of Grief – Anthems to My Remains (2019)


Maldecía constantemente su trabajo. Se dedicaba a marchitar el espíritu de los humanos hasta consumirlo por completo. La ciencia cree que el envejecimiento viene a causa de un desgaste producido por el oxígeno, pero no es así. Es el efecto que produce alimentarse de las ánimas mortales. No siente orgullo por su tarea, mas hasta que el creador no decida cambiar su sino, él seguirá siendo La Muerte.
Bienvenidos al universo de Thorns of Grief.

Nebiros es el hombre detrás del proyecto de Funeral Doom Death Metal Thorns of Grief. El 15 de junio de 2019, Satanath Records junto con Dying Sun Records lanzaron al mercado su primer trabajo llamado «Anthems to My Remains» del cual hablaremos hoy.

El debut del polaco tiene todos los ingredientes necesarios para que cualquier amante del género que ejecuta alucine en colores. ¿Esto que significa?, pues que la contundencia, la decadencia y la oscuridad nos la ofrece a raudales. Por supuesto, este tipo de propuestas no son para todos los públicos, todo lo contrario. A título personal reconozco que no he mantenido la atención ni el interés hasta el final. Prefiero cosas más rápidas por así decirlo. Obviamente, con esto, no estoy diciendo que el Elepé en cuestión sea malo ni mucho menos, pero necesitaba exponer mi punto de vista. La producción es gruesa, mientras que la portada resulta llamativa.

Mastodónticos guitarrazos repletos de dobles armonías y pasajes de tintes atmosféricos siniestros conseguirán que os rasguéis las vestiduras. La fluidez escasea, aunque no es algo inexistente. Como anécdota, incluye tremolo picking en ‘A Longing’. Por otro lado, y sin que tenga absolutamente nada que ver con las «hachas», tengo la imperiosa necesidad de informaros de que tropezaréis de vez en cuando con pinceladas de piano, incluidas a cuentagotas y con muy buen gusto.

Tan solo en la final ‘Illusions’, este hombre decide usar clean vocals. En el resto de cortes, sus agónicos growls aniquilan al más pintado.

La percusión se mueve entre  down y mid tempos. Tan solo se acelera en la anteriormente nombrada ‘A Longing’.

Sí, ya sé que la he nombrado en exceso. Sin embargo, y por ser la única canción donde hay velocidad, destaco sin duda ‘A Longing’.

A mí me ha dejado más bien indiferente, aunque garantizo que si andáis buscando una buena ración de pesadez extrema este es vuestro plástico.

Nota: 6,5
Autor: Chus

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