Crítica: Martyrdöd – Hexhammaren (2019)

La joven, apresada por varios monjes, pedía entre sollozos clemencia. Repetía una y otra vez que ella no era una bruja. Ningún miembro de la iglesia que allí se encontraba demostró el más mínimo interés por lo que estaba pasando. De hecho, se podría afirmar que para ellos tan solo era un sacrificio necesario en nombre de Dios. Al fin, ataron a la muchacha al grueso poste de madera. El juicio fue muy breve, como siempre sucedía en casos similares. Hallaron a la acusada culpable de los cargos de adoración al diablo y hechicería. Justo cuando el verdugo iba a prender fuego a los rastrojos secos aposentados a los pies de la chica, aparecieron de la nada una decena de mujeres. Tenían los brazos en alto y recitaban extrañas palabras. Cuando ellas enmudecieron de golpe, el grupo cristiano parecía estar por completo fuera de sí. Comenzaron a atacarse ferozmente los unos a los otros. Mientras esto sucedía, la comitiva femenina liberó a su compañera……

Bienvenidos la universo de  Martyrdöd.

El nuevo disco de los Crust metaleros  Martyrdöd llamado «Hexhammaren»,   salió el 24 de mayo de 2019, vía Southern Lord y Century Media Records. 

 

El combo lo forma: Tim Rosenqvist (guitarra), Jens Bäckelin (batería), Mikael Kjellman (guitarra y voz), Daniel Ekeroth (bajo).

Da gusto escuchar discos tan enérgicos como el último de los suecos. Sin muchas complicaciones, tan solo con un sentido de la potencia y el dramatismo fuera de lo común, los tracks se van sucediendo uno tras otro, dejando cada uno de ellos un muy buen sabor de boca. Y es que, a veces en la simplicidad está el truco. Otro punto a favor, ha sido el usar, al menos para mí, la celeridad exacta. En ocasiones, se escuchan conjuntos donde a pesar de ir a toda mecha no transmiten ese sentimiento que produce que el corazón lata más deprisa. Eso ocurre cuando van a up tempo de pulso lento, quedándose un poco en territorio de nadie. Gracias a Odín al cuarteto en cuestión no le sucede. La producción es nítida pero demasiado genérica para el estilo que ejecutan. Con el artwork nada que objetar. No sé si os pasará a vosotros, pero para este humilde redactor le ha resultado evocador y siniestro a partes iguales.

Vaya festival de dobles armonías y guitarrazos fluidos camaradas. Como ya apuntaba anteriormente, emanan una melancolía genial sin dejar de lado jamás la violencia sónica. Al fin una banda encuentra el equilibrio perfecto entre melodía y garra. Si es necesario, incluyen solos de carácter rockero que cumplen a la perfección su tarea.

Los registros vocales son desesperados e iracundos. A su vez, Mikael se atreve con unas pinceladas leves de clean vocals oscuras en….. Descubridlo por vosotros mismos.

Usualmente, las cuatro cuerdas no tienen demasiada presencia. No obstante, las bass line dan un golpe en la mesa y dicen prestadme atención en ‘War on Peace’ y ‘Den Sista Striden’.

Describir los tambores ya es reiterar en exceso. Mas por si alguien no se ha enterado aún, los up tempos mandan.

Recalcaría las letales ‘In the Dead of Night’ y ‘Sthlm Syndrom’. Por cierto, esta última es la única donde exhiben tremolo picking.

 

Camaradas, a mí estas propuestas me convencen de sobra. Dadle una oportunidad anda.

Nota: 7

Autor: Chus

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