Crítica: Black Shroud – Death Culture (2019)


Una vez le inocularon la potente droga, el joven se desplomó en el suelo. Cuatro de los siniestros siervos de Gazz lo agarraron cada uno por una extremidad, llevándolo al púlpito. Una vez allí, el malvado brujo se acercó. En su mano derecha portaba la punzante piedra Cardar. Con ella, abrió una herida de trece centímetros en el abdomen del muchacho. La sangre comenzó a emanar a borbotones. Pronto, los buitres comenzarían a devorarlo y el terrible dios Qoll, tendría una vez más su sacrificio humano…
Bienvenidos al universo de Black Shroud.

El debut de los Blackened Death Metaleros Black Shroud titulado «Death Culture», vio nuevamente la luz en formato físico el pasado 15 de julio de 2019 gracias a War Productions.

El combo lo forma: Lee Celek (bajo), Marshall Henley (batería), Jon Gullett (guitarra), Jacob Schmidt (voz).

Desde luego, no se les puede negar la valía a los de Estados Unidos. Su carta de presentación musical, ha sido cinco asfixiantes cortes, impregnados con la mayor carga de maldad que podáis imaginar. En lo personal, creo que en líneas generales les falta un último empujón para poder abrirse hueco en el mundillo. Vaya que no me han entusiasmado demasiado, para que os voy a engañar. Sin embargo, habría que estar sordo para no reconocer que tienen madera. La producción y la portada son siniestras, viniendo como anillo al dedo a la propuesta del cuarteto.

La palabra, o mejor dicho, adjetivo que mejor define los riffs de Jon es sin duda disonante. Por supuesto, los embistes de tremolo picking están presentes a lo largo y ancho del Elepé. Tampoco se olvida de incluir dobles armonías ni instantes pesados.

Brutales growls los de Jacob. Ni se os ocurra desear dobles tonalidades ni clean vocals. De eso aquí no queda.

Los tambores son dinámicos. A pesar de que suelen ir a medio gas, Marshall no deja atrás ni los up tempos ni los «golpes relámpago». Ah, os tengo que confesar que los blast beats digamos que se podría decir que son de pulso lento. Ahí lo dejo, cuando lo escuchéis llegaréis a entender lo que digo.

Destacaría la final ‘Endocannibal’. El susodicho tema enseña uno de los mejores guitarrazos de corte dramático / melódico de todo el Long Play. ¿Dónde?, ¿en qué minuto o minutos? No os lo digo. Descubridlo por vosotros mismos.

No son el conjunto revelación de 2019 pero sí que vienen pisando firme. 

Nota: 6,5
Autor: Chus

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