Crítica: Inferno – Basado en Hechos Reales (2019)


Es curioso, las vueltas que da la vida. Hubo un tiempo en que tenía una insultante cantidad de dinero. La gente me respetaba. No por lo que era, sino por lo que poseía. Dios, recuerdo aquellas fiestas interminables. Había furcias y coca por todas partes. No os imagináis lo que disfrutaba siendo déspota con los que yo denominaba «inferiores». Si lo deseaba podía acabar con quien fuese. Como escribió cierto personaje ilustre «poderoso caballero es don dinero». Sin embargo, las tornas cambiaron. Las acciones de mi empresa cayeron en picado la mañana del 17 de enero de hace dos años. En tan solo unos meses todo lo que daba por sentado desapareció de un plumazo. ¿Dónde estaban mis amigos entonces? Me di cuenta que había estado solo todo ese tiempo. Aquel modo de vida, repleto de excesos y despilfarro era completamente hipócrita. Mi mansión desapareció para dar paso a los cajeros automáticos. Hace unos minutos, entraron unos encapuchados. Me han propinado una señora paliza. Lo mejor de todo, es que soltaban frases similares a las que yo decía orgulloso cuando veía y despreciaba a los mendigos…..
Bienvenidos al universo de Inferno.

El 23 de enero de 2019, saldrá a la venta vía Necromance Records el segundo L.P del combo de Thrash Metal Inferno, titulado «Basado en hechos reales».

Su formación es: Carlos Bermejo (bajo), Miguel Osuna (batería), Antonio González (guitarra), Juan Manuel León (voz), Ángel «Koto» Bermúdez (guitarra).

A pesar de mi consabida reticencia respecto a las nuevas bandas que practican este género, los de Ceuta, junto con un número muy reducido de conjuntos han llegado a ser santos de mi devoción. Y es que no es para menos. Da gusto poder encontrar en la actualidad gente que haga este tipo de música de forma tan personal como salvaje. Vaya, que es un placer NO toparse con clones de clones. El nuevo asalto de estos tipos, si lo comparamos con su debut, es en líneas generales más versátil. Esto es debido a que la velocidad constante del primer álbum se ha transformado en un torbellino de cambios rasantes de celeridad y «hachas» que os dejarán con el cuello roto. Por otro lado, la descarada influencia que exhibían en «Genética humana» de los primerísimos S.A es muchísimo menos evidente, ganando autenticidad. En el apartado de la producción, el sonido es contundente a la par que nítido. Asimismo, el artwork que puede pecar de demasiado típico, es realmente llamativo.

Afilados y punzantes hasta la saciedad son los riffs que despiden las seis cuerdas de Antonio y «Koto». La fluidez y la rapidez son una constante. A su vez, como no podía ser menos, hallamos instantes marcados y pesados. Lo que a mi humilde entender creo que debe mejorar, son sin duda los solos. El abuso del Wah Wah ha llegado a desesperarme en ocasiones. Cuanto daño ha hecho Kirk Hammett….

Agresividad y violencia. Eso es justamente lo que desprende los registros vocales de Juan Manuel. No os podéis hacer una idea de lo que agradezco que este hombre no use tonos altos o falsetes.

Como decía un poco más arriba, los parches enseñan unos giros de recorrido muy a tener en cuenta, estando de normal el acelerador pisado.

Recalcaría la descarnada «Como a marionetas» como lo mejor del embiste.

Thrashers, este Elepé no puede faltar en vuestra colección.

Nota: 7,5
Autor: Chus

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