Crítica: Sad Eyes – vIV0 (2018)

"BrokenTomb"


Cuando el doctor me dijo que no me quedaba mucho tiempo de vida, mi percepción hacia mí mismo y lo que me rodeaba cambió radicalmente. Me di cuenta de cómo había malgastado el tiempo dejándome consumir por mis propios demonios. Para qué engañarse, era un grandísimo cobarde. Sin embargo, últimamente creo que estoy poniendo las cosas en orden. Ya nada importaba demasiado, así que decidí castigar a todos los malnacidos que habían reforzado mis temores, convirtiéndome en lo que en breve dejaré de ser para toda la eternidad. Después de matarlos, los troceaba, enterrando sus extremidades y troncos en diferentes lugares. A sus cabezas les arrojaba acido y arrancaba lo que quedase de piel, dejando una preciosa calavera. Reconozco que la primera vez que asesiné no me resultó nada fácil. No obstante, cuando acabas con siete seres humanos la verdad que la sensación de poder y liberación es maravillosa. No entiendo por qué escribo esto. Supongo que como todo el mundo deseo dejar constancia de mi paso por este mundo, y de paso explicar como he podido convertirme en un monstruo. Ojalá el cáncer me deje terminar mi venganza. Solo así me iré en paz.
Bienvenidos al universo de Sad Eyes.

Hermanos, el señor Santi Gzlez y su proyecto de Death Metal Sad Eyes nos dejó destrozados en 2015 con su tercer trabajo "Ad Dicti On". Después de lo que para mí ha sido una larga espera, al fin el 1 de noviembre de 2018, Necromance Records lanzará su nuevo L.P "vIVO". En esta ocasión, han colaborado en el disco músicos de la talla de Miguel Barez (Holycide) o Jorge Fernandez (Scent Of Death) entre otros, prestando su buen hacer en las seis cuerdas. De las voces se hicieron cargo Fernando Martín (Cabaret Aberrante) y Leo González (Canker), mientras que el bajo fue tocado por UI (Ex Noctem). Por cierto, si deseáis saber quien realizó las letras, no fue otro que Kike Capilla (Ex Rex Devs). Después de esta siempre necesaria información, vamos a lo que realmente interesa, o sea la reseña.

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Pues nada, así como el que no quiere la cosa, este genio – no se puede denominar de otra forma- se ha vuelto a marcar un señor discazo de proporciones mastodónticas. Posiblemente, el redondo sea más salvaje que su anterior álbum, exponiendo unos múltiples cambios de velocidad que os dejarán sorprendidísimos. Asimismo, nos toparemos con una vena de "Metal Muerto Melódico", con el aliciente de incluir de forma puntual guitarras más intrincadas de la cuenta. Por Odín, ¡qué maravilla! En lo que a producción respecta, el sonido en sí me ha recordado al que gastaron In Flames en "Reroute To Remain", pero haciéndolo más grueso, con lo cual mejor. Por supuesto, era imposible que obviara la lírica. ¿Qué puede haber más terrorífico que nuestros propios traumas y diablos internos? ¡Parece que las hubiese escrito yo mismo, me encantan! Y es que cuando se sabe cómo hacer las cosas, tan solo puede emerger una OBRA MAESTRA como la que hoy estamos analizando.

Devastadoras, variables y trepidantes son las "hachas". Los riffs los hallamos fluidos, a doble armonía, pesados, a una cuerda y como comentaba anteriormente, se les nota cuando la ocasión lo merece ese regustillo de Gotemburgo. Ojo a los solos. Éstos son precisos y afilados.

Un doble registro vocal, basado en growls y guturales agudos rasgados reventarán vuestras almas.

La percusión va a todo gas. Apabullantes blast beats conviven perfectamente con mid y up tempos, intercalándose sin cesar.

Mi tonada favorita ha sido "SangVIs" por esa técnica que antes comentaba. A su vez, dejarse atrás a "TVrba" y su fantástica lead guitar sería un pecado.

¡Compradlo!, necesitáis este Long Play en vuestra colección ya.

Nota: 10
Autor: Chus

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