Crítica: Hell:On – Scythian Stamm (2020)


Los llantos y gritos de los recién nacidos resonaban en el siniestro claro del bosque. A su alrededor, un pequeño grupo de cinco extraños seres que antaño fueron humanos recitaban un sortilegio en una extraña lengua más antigua que el propio tiempo. De repente, el vientre de los bebes comenzó a resquebrajarse. La sangre bañó la hierba, que de inmediato se marchitó. Del interior de los pequeños y rechonchos cuerpos, emergieron una cantidad increíble de serpientes. Éstas, se fueron uniendo hasta formar la fisionomía de Medusa…..
Bienvenidos al universo de Hell:On.

El pasado 1 de noviembre de 2020, Hell Serpent Music lanzó al mercado el quinto Larga Duración de los Death / Death Thrash metaleros Hell:On llamado «Scythian Stamm».

Al grupo le insuflan vida los siguientes miembros: Slayer (bajo), Leshiy (batería), Hellion (guitarra), Olexandr Bayev (voz), Anton Vorozhtsov (guitarra).

Madre del amor hermoso. Es imposible decir que los ucranianos son mediocres en algún aspecto. Su nueva obra rezuma buen hacer y mala baba. Sin embargo, y a nivel completamente subjetivo tiene varios peros, en concreto dos. Uno de ellos es la inclusión de pinceladas…. como decirlo… étnicas. Es cierto que son leves, y que están introducidas con un gusto exquisito, pero ¿realmente era necesario meterlas? La otra pega es que a veces se tiene la sensación de que las tonadas están alargadas en exceso. No obstante, y como ya decía con anterioridad, son percepciones personales de un servidor. El Elepé conseguirá dejar a más de uno con la boca abierta, ya que todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. Desde la estructuración de las composiciones hasta la producción y el artwork son impecables.

Trepidantes, variables y siempre intensas son las «hachas». Como supongo que ya os estaréis imaginando, para lograr semejante resultado, Hellion y Anton nos regalan una buena ración de riffs fluidos, entrecortados, pesados y macabros. No abusan del tremolo picking pero tampoco lo dejan caer al pozo del olvido al igual que las dobles armonías. Además, degustaréis de punzantes armónicos cuando menos lo esperéis. Los solos en ‘B.S.B.‘ y ‘My Testament‘ resultan increíbles. En el resto de tonadas, cumplen su función sin más.

Los claramente predominantes growls conviven pinceladas ínfimas de clean vocals susurradas. Me hubiese gustado que el registro limpio no hubiese tenido cabida, pero bueno…

La percusión es cualquier cosa menos estática. Atentos a los rasantes giros de dirección y a los «golpes relámpago». Tal vez os resulten escasas las apariciones de blast beats, pero ay madre, cuando llegan destrozan todo lo que esté a su alcance.

Destacaría ‘Spreading Chaos‘, ‘The Architect’s Temple‘ y ‘Movements of the Godless‘. ¿Por qué? Tendréis que escucharlas para saberlo.

Las cosas que están bien hechas, gusten más o gusten menos hay que valorarlas como merecen, y la valía de estos chicos es más que obvia. Tan solo tenéis que darle al play al redondo que ha protagonizado la reseña de hoy para comprobarlo.

Nota: 7,5
Autor: Chus

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