Crítica: Demonik – Demon (2020)


Sí, he calcinado hasta los cimientos la ciudad más importante de mi mundo. Era necesario. Los mortales actúan como si no lo fueran. El odio, la envidia, la avaricia, son algunas de sus características. Si no fuera porque sus almas me sirven de sustento los exterminaría en cuerpo y espíritu. Supongo que un buen número de ellos sobrevivirá, no exento de heridas claro. Ahora, queda ver a que o quien le echan la culpa de lo sucedido. Ellos son así. Da igual las pruebas que tengan delante, se resisten a creer en mi existencia. Yo, Lucifer soy el amo y señor del Infierno, y haré con ellos lo que me plazca… Tal vez un día se den cuenta de donde han estado desde el mismo instante de su nacimiento…
Bienvenidos al universo de Demonik.

El 30 de enero de 2020 los Thrash metaleros Demonik reeditaron en formato físico el L.P originalmente publicado en 2010 llamado «Demon».

Al grupo le da vida los siguientes integrantes: Gonzalo «Icarus» (bajo), Victor Salinero (guitarra solista), Hugo González (guitarra rítmica y voces), David Alarcia (voz).

Señoras y señores, antes de empezar la reseña, me es necesario comentar que para mí no es ningún placer escribir algo que resulte negativo para cualquier banda. Sin embargo, creo que es necesario que los medios, o mejor dicho, las personas que escribimos en ellos sean tan sinceras como objetivas. Durante las esquelas que ahora leéis no pretendo soltar odio, tan solo expresar lo que me ha transmitido el disco. Dicho esto, vamos allá.

De entrada, y antes de oír una sola nota, solo de ver la portada ya me hizo pensar que nada bueno iba a salir de los altavoces. Una vez le di al play, me topé con la instrumental ‘Art – Violence‘ y he de reconocer que me hizo levantar las cejas en señal de grata sorpresa. Al entrar ‘Demon‘ la cosa no solo seguía bien, sino que mejoraba. La introducción de guturales puntuales dotaba a la canción de un extra de fuerza que era de agradecer. El problema comenzó en ‘Where the Demons Guide Me‘ en adelante. Las tonadas, aunque muy personales les faltaba pegada y de ahí a que la nota final bajase en picado.

Los recursos de Victor y Hugo a la hora de encarar sus seis cuerdas se basan ofrendar palm mutes, algunos riffs pesados y pinceladas de dobles armonías. Los solos cumplen bastante bien su función.

Perpetuamente agresivos son los registros vocales. Como ya os he dicho en el párrafo principal, David anecdóticamente se atreve con letales growls.

Los parches, sin olvidar la celeridad, suelen ser golpeados a medio gas.

Mi corte favorito sin lugar a dudas es ‘Demon‘. Lástima que el resto no fuesen similares…

Thashers, lo mejor que podéis hacer al acabar la review es catar el Long Play y juzgad por vosotros mismos.

Nota: 5
Autor: Chus

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