Crítica: From The Vastland – The Haft Khan (2020)


Lleva contándome varios días lo mismo. En realidad, no sé ni que aconsejarle. Dice que desde hace unos meses tiene unas extrañas pesadillas. En ellas, se ve a sí mismo montado a lomos de un caballo alado luchando contra un engendro que cambia de forma a cada minuto que pasa. La parte que más me aterra del relato de mi amigo, es cuando comenta que ve como el demoníaco ser absorbe las almas de todo ser viviente que hay a su alrededor, mientras que él intenta decapitarlo con una espada en llamas. No sé qué tiene la historia, pero anoche soñé que yo me transformaba en el esperpento….
Bienvenidos al universo de From The Vastland.

Los Black metaleros From The Vastland lanzaron su sexto trabajo «The Haft Khan» el 30 de abril de 2020 gracias a Satanath Records y Iron, Blood And Death Corporation.

La formación del combo es: Sina (guitarra y voz), Tjalve (bajo), Spektre (batería).

Conforme iban transcurriendo los temas, solo podía pensar una frase: «¿ahora como puntuo esto?» Seguramente muchos ya estéis pensando que no me ha gustado para nada el nuevo disco del power trio, pero nada más lejos de la realidad. «Entonces, ¿dónde está el fallo?» os preguntaréis. Con vuestro permiso, voy a explicarme lo mejor que pueda. Cada tonada, escuchada por separado es increíble. Sin embargo, una vez se oye el disco entero sin pausa alguna, os daréis cuenta que la estructuración de la mayoría de las susodichas es excesivamente similar. Ciertamente, es ahí cuando los enteros bajan. Lo que no se les puede negar es la calidad en las «hachas» que resultan terriblemente adictivas, y los maravillosos giros de dirección en la percusión. Asimismo, la producción se aleja de las absurdas marañas sónicas, cosa que es de agradecer.

Tan frías son las seis cuerdas que son capaces de provocaron una mortal hipotermia. El tremolo picking manda y campa a sus anchas a lo largo del Elepé. Sin olvidarse de ellas, no abusan de las dobles armonías. Tampoco tienen el menor temor en incluir pasajes oscuros pausados.

Shrieks, barítonos narrados y anecdóticas e ínfimas apariciones de growls es lo que ofrece Sina en lo que a tonos vocales respecta.

Los tambores son variados, sólidos y trepidantes. Pueden pasar de los blast más insanos a secciones pausadas en cuestión de décimas de segundo.

¿Canciones a destacar?, claro. Prestadle atención a ‘Khan e Aval‘, ‘Khan e Sevom‘ y ‘Khan e Haftom‘.

Con mayor variedad compositiva les hubiese otorgado la nota máxima. Lástima.

Nota: 7
Autor: Chus

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