Crítica: Unanswered R.I.P. – Casualties of Innocence (2019)


Nunca se supo quién fue el paciente cero. Tampoco importaba demasiado ya. La humanidad estaba perdida. Lo que parecía un hecho de película manida de terror se había convertido en una realidad. Los muertos se habían levantado de sus tumbas con la intención de alimentarse de todo ser viviente que poblase la Tierra. Ante tal situación, la población mundial que aún no tenía deseos irrefrenables de ingerir sesos humanos, acabó por unirse en hermandad. Las clases sociales dejaron de existir, dando paso a una cada vez más pequeña comunidad que intentaba sobrevivir a duras penas a una civilización que a todas miras ya se había destruido. Ahora la pregunta era ¿cuánto más se podría aguantar?…
Bienvenidos al universo de Unanswered R.I.P.

De forma independiente, los Thrash metaleros Unanswered R.I.P. lanzaron su segundo L.P «Casualties of Innocence» el pasado 26 de octubre de 2019.

El conjunto lo forma: Stéphane Salleneuve (bajo), Martin Dussaut (guitarra), Gilles Chaveroux (voz), Hugues Pettes (batería), Florian Gaillard (guitarra).

Sin paños calientes, ya os digo de entrada que el disco que da razón de ser a la crítica de hoy no me ha gustado. Creo que, a estas alturas, sobra dar explicaciones del por qué suelo suspender o ser duro con los conjuntos salidos dentro del revival de un estilo que a todas miras las nuevas generaciones copiando sin compasión a los clásicos se encargan de mantener completamente muerto. ¿Tan difícil es incluir elementos ajenos al «Metal Apaleador» sin que llegue a ser una fusión? Yo creo que no. Para ejemplo de ello, siempre pongo el mismo. Testament. Chuck Billy y compañía a pesar de la cantidad de años que llevan en activo siguen creando música relevante. Introducen «golpes relámpago» o embistes de tremolo picking en sus composiciones sin que por ello lleguen a transformarse en una banda de Thrash Death. Pero bueno, ya está bien de divagar con un problema sónico que no solo no se soluciona, sino que va a peor con el tiempo. Metiéndonos de una vez con el quinteto francés, su nuevo Elepé en líneas generales no aporta nada a una escena hoy por hoy completamente irrelevante. Tampoco les ayuda que la influencia a Annihilator sea tan descarada en ‘Ummoning Eternal War’ y ‘Gothic’. Lo único que llega a salvarlos de la quema es el trabajo que Hugues Pettes hace con su kit de tambores. Por lo demás, ya os digo, nada nuevo ni bueno bajo un terreno baldío.

Guitarrazos punzantes, fluidos y pesados a troche y moche. ¿Es que acaso esperabais otra cosa? Los solos, como era de esperar, suelen irrumpir sobre la mitad de las tonadas, cumpliendo su función sin más.

Grata sorpresa la que da Gilles con su registro vocal. Gracias a Odín usa un tono agresivo y gutural.

Los parches suelen ir a medio gas. Ahora estaréis diciendo «¿no decías que la forma de aporrearlos de Mr Pettes era lo que ha hecho que no los suspendas?» La respuesta es sí. Este buen hombre le da por meter ráfagas de blast beats en ‘CIA Treatment’, ‘Church of Euthanasia’, y la anteriormente nombrada ‘Gothic’. Solo por esas ínfimas pinceladas las destaco como lo mejor del álbum y les doy mi visto bueno.

Novatos, os gustará el nombrado Long Play. El resto, como seáis un poco exigentes es posible que no os llame demasiado la atención.

Nota: 5
Autor: Chus

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