Crítica: Sun of the Dying – The Earth is Silent (2019)


Durante la recta final del año, una serie de desdichas lo asaltaron de forma descarnada, haciendo que los niveles de ansiedad subiesen de manera alarmante. La lucha que mantuvo en los últimos tiempos para poder cumplir sus objetivos llegaron a mellarlo. Sin embargo, sabía que la única forma de conseguir la felicidad y su propio respeto era conseguir las metas que se auto impuso en su momento. Era necesario enseñar a todos lo que era capaz de lograr. Ojalá lo hubiesen valorado más, ojalá hubiese sentido amor y afecto desde pequeño, ojalá pudiese dejar de ser el que era. Nunca se tuvo demasiado apego a sí mismo. Al mirarse cada mañana al espejo tan solo veía un pobre diablo que languidecía por un mundo que se hacía y lo hacía añicos. Si no solucionaba los problemas, pronto no quedaría nada de lo que una vez fue o quiso ser.
Bienvenidos al universo de Sun of the Dying.

Los Doom Death metaleros Sun of the Dying lanzarán el próximo 29 de noviembre de 2019 su segundo trabajo llamado «The Earth Is Silent». Los sellos encargados de editarlo no son otros que AOP Records y Blood Fire Death.

Su formación es: Eduardo Guilló (voz), Casuso (guitarra), Roberto Rayo (guitarra), José Yuste (bajo), Diego Weser (batería), David Muñoz (teclado).

Imaginaos por un momento que sois una de las peores personas de este mundo. Han pasado los años, y ahora os encontráis solos en el lecho de muerte. Vuestros demonios internos comienzan a mostraros los aberrantes actos que a lo largo del tiempo habéis cometido, haciéndoos ver todo el mal que habéis causado. La tristeza, la impotencia y la ira os invade al ver el monstruo que habéis sido. Al final, después de horas de sufrimiento llega la parca. Algo así, o al menos una escena similar es lo que ha venido a mi mente al escuchar el nuevo trabajo de los de Madrid. Las tonadas están repletas tanto de una profunda e indescriptible melancolía como de una ira devastadora. Las dobles armonías mandan en lo que a estructuración se refiere, apoyándose las susodichas en un colchón de teclados introducidos con un gusto exquisito. La producción es perfecta, siendo pulcra y contundente. Por su lado, el artwork…. bueno a mí no me ha dicho demasiado, mas al menos no cae en ningún topicazo.

Cuidado con las seis cuerdas. Roberto y Casuso no cesan ni un solo momento en su empeño de crear riffs apesadumbrados y apocalípticos. No olvidan por completo los tremolo picking, aunque no es un recurso muy usado.

Ante un redondo de estas características, es obvio que en lo que a voces respecta nos íbamos a deleitar con una doble tonalidad de clean vocals y growls. Una cosa, ¿es cosa mía o las voces limpias predominan más? En cualquier caso, el disfrute está asegurado.

Los parches de normal van a medio gas. Hay up tempos, pero son anecdóticos.

Destacaría ‘When the Morning Came’ y ‘Monolith’ como lo mejor del Elepé. Son el ejemplo perfecto de lo que ocurre cuando lo delicado le da la mano a lo bárbaro.

Long Play ideal para los últimos instantes de vuestra existencia o para días lluviosos y depresivos.

Nota: 7
Autor: Chus

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