Crítica: Gonorrea – My First Orgy (2019)


El fin de semana anterior, sus amigos ya habían dejado caer la idea de hacer una orgía. De entrada, aquello le parecía genial. Tendría la oportunidad de mantener relaciones con todas las amigas que fueran. Los preparativos de la casa comenzaron. Por supuesto, no faltarían los juguetes sexuales, anticonceptivos y drogas, muchas drogas. Cuando al fin llegó el gran día se sentía nervioso. Era como si supiese de antemano que algo iba a salir mal. No obstante, intentó despejar su cabeza y disfrutar de la experiencia. En un principio, todo iba correctamente. La gente disfrutaba, reía, esnifaba, se pinchaba y sobre todo jadeaba. Al cabo de unas horas, los gritos ya no eran de placer sino de dolor. Se levantó asustado de donde estaba y fue a mirar de donde provenían los alaridos. Para el resto, parecía que no habían oído nada. Aparentaban estar en un extraño estado de confusión. Al llegar al cuarto de dónde venían los chillidos, comprobó con sumo terror como el dueño del caserón le había introducido un cuchillo por la vagina a varias de las chicas. El asesino lo miró sonriendo. Salió de inmediato del cuarto, percatándose como el resto parecía haber perdido la cabeza. ¡Se estaban aniquilando entre ellos!
Bienvenidos al universo de Gonorrea.

«My first orgy» es el título del nuevo trabajo de los Slamming PornoGore Grind Gonorrea, lanzado el 3 de junio de 2019 por Base Record Production.

La banda la forma: Nabb (voz), Martin (guitarra), Pepenacho (batería).

El power trío de México nos brinda un buen ataque de género anteriormente mencionado. Gracias a Odín, y a pesar de que existen ciertos toques innecesarios de cachondeo – cuando escuché un trozo de cierta parodia del dúo humorístico Los Morancos, o parte de un tema de El Chivi me quedé a cuadros-, su propuesta no termina de resultar una broma. Por otro lado, tampoco abusan de intros, haciendo que la escucha del nombrado trabajo sea amena, manteniendo la intensidad en todo momento. Por supuesto, las tonadas son simplistas y agresivas. La velocidad no es excesiva, aunque la sensación de dinamismo no desaparece en ningún momento. La producción tiene cierto aire amateur. Al leer esto no os asustéis. De verdad, no suenan para nada mediocres. En lo que a la portada respecta, es un artwork típico dentro de su estilo de «ruido» radical.

Festival de seis cuerdas pesadas y fluidas. Obviamente, introducen riffs clásicos Core si la ocasión lo requiere. No serán un alarde de técnica, mas sí de efectividad.

Con los registros vocales, degustaréis growls, pig squeals y ese tono de sapo creado con pedal de efectos.

Ya lo he dicho en el párrafo principal. Los tambores suelen ir a un up tempo de pulso lento casi de forma exclusiva. Los anecdóticos «golpes relámpago» están a cuentagotas desperdigados a lo largo del disco.

Los cortes que han llamado la atención de este humilde redactor han sido ‘Precoz’ y ‘My first orgy’.

Si queréis una buena ración de sonidos extremos y sexo los mexicanos os la darán.

Nota: 6
Autor: Chus

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