Crítica: Himura – Alerta Biológica (2019)


Tal vez sea el mayor de los tópicos. Sin embargo, así fue exactamente como ocurrió. Una de nuestras ratas de laboratorio, llegó a morder al doctor Allen. Ahora pensaréis, «¿pero es que acaso no os distéis cuenta de ello?» Pues sí. El pobre desgraciado fue sometido a una infinidad de pruebas, dando resultados negativos en todos los casos. ¿Qué necesidad había de mantenerlo aislado si se suponía que estaba sano? Por supuesto, no fue así. Este hombre se convirtió en el paciente cero, siendo el portador del virus zombie. Aunque eso lo supimos después. Hace unas dos semanas que la civilización se ha venido abajo. La pandemia se extendió rápidamente. Las calles están repletas de podridos y ni todo el armamento del mundo, ni las medidas de contención más radicales han conseguido parar el desastre. No sé durante cuánto tiempo seguiré grabándome. Supongo que lo hago para dejar algún rastro de mi existencia. Una cosa tengo clara, tarde o temprano la Tierra será un lugar dominado de forma exclusiva por los muertos vivientes, y este complejo secreto desaparecerá…
Bienvenidos al universo de Himura.

El 20 de abril de 2019, Hecatombe Records lanzará el tercer trabajo de los Death Grindcoretas Himura titulado «Alerta biológica». Como era de esperar, Broken Tomb os ofrecerá durante estas esquelas su respectiva reseña. ¿Qué os creíais, qué íbamos a pasar por alto algo así? 

Su line up es: Edu (bajo), Luismi González (batería), Natxo (guitarra), Mario (voz).

Hoy es una de esas veces que, si me lo permitís, voy a empezar comentando el talón de Aquiles del disco en cuestión. Éste no es otro que la producción. El sonido de las seis y cuatro cuerdas es genial, siendo grabe y poderoso. Sin embargo, el problema viene de la mano del volumen de la caja, ya que debido a que resulta demasiado bajo, se llega a tener una incómoda sensación de desorientación. Por otro lado, a la voz le llega a pasar lo mismo, mas no de forma tan notable. A pesar de ello, y partiendo que todo lo demás es gloria, sería imposible que yo, o cualquier amante de este género quede decepcionado ante la escucha del Long Play que protagoniza esta crítica. En líneas generales, los de Zaragoza nos revientan los sesos sin compasión alguna durante los violentamente aproximados 27 minutos de música. Por supuesto, y como no podía ser de otra forma, la velocidad es una constante al igual que la calidad de todas y cada una de las composiciones. Aquí no solo no hay respiro, sino que tampoco decaerá vuestra atención e interés. Asimismo, el toque especialmente oscuro que rodea al álbum lo hace más especial si cabe.

Letales a la par que enfermizos son los guitarrazos con los que os toparéis. Natxo os dará una buena ración de riffs fluidos, destensados, pesados y a una cuerda. También, existen pinceladas de ADN de Hardcore Old School

En el apartado vocal, preparaos para unos cavernosos growls. Olvidaos del uso de una doble tonalidad donde aparezcan guturales agudos rasgados.

Las bass line tienen su momento de gloria en ‘Oscuridad eterna’ y ‘Ansia de crucifixión’. No os digo nada y os lo digo todo.

Ya lo relataba un poco más arriba. Va, ¿cómo va la percusión? Efectivamente, a mil por hora. Festival de «golpes relámpago» hermanos.

Destacaría por su buena elaboración y múltiples cambios ‘Repulsa’.

Grinders del mundo, hacedme caso, tenéis que catar este Elepé.

Nota: 7
Autor: Chus

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