Cuando uno de verdad cree que no tiene nada que perder es cuando puede actuar con total libertad. Si a eso le añadimos toda una vida de frustraciones y auto tortura, el resultado es realmente explosivo. Y si no, que me lo digan a mí. Sé de sobra que he perdido por completo la cabeza. ¿Cómo he llegado a esa conclusión? Es simple, mientras que divago y me digo a mí mismo estas palabras, en la habitación resuena los gorjeos de asfixia de mi hermano. Maldito bastardo. Toda la vida torturó a nuestros padres con sus insanas obsesiones. Lo mejor de todo, es que el resto del mundo parecía mirar a otro lado cuando entraba en sus fases de locura. Ya siendo adultos, viví una buena temporada con él. Fui usado y humillado hasta la saciedad. Cuando decidió echarme de su casa, fue cuando pensé que ya estaba bien. Y miradme ahora. Después de darnos un buen puñado de golpes, lo he agarrado del cuello. Estoy a punto de estrangularlo. Lo mejor de todo, es que una vez muera, al fin habré echo justicia para conmigo mismo. La venganza se ha hecho esperar 40 años, pero al fin voy a librar al mundo de este monstruo…
Bienvenidos al universo de Męka.
El primer E.P de los Black Metaleros Męka, apareció bajo el título de «Ending My Life to Destroy Yours» el 15 de febrero de 2019, gracias a Redefining Darkness Records.
Su alineación es: Jimmy Smolenski (bajo y voz), Ronnie Ferris (batería), Eli Fakes (guitarra y voz), Drew Arnold (guitarra).
Bueno amantes del «Metal Negro», creo que esta reseña os va a interesar sobremanera. El Extended Play de los de Estados Unidos rezuma frustración y decadencia por los cuatro costados. Las tonadas son directas y maníacas, regalando una buena dosis de misantropía sonora. No hay mucho misterio ni sorpresa en cuanto a la estructuración de las susodichas. Sin embargo, tienen un aura única que las hace disfrutables. Como era de esperar, la producción es tosca y orgánica. Como punto negativo a resaltar, sin duda sería el ínfimo volumen de las voces. Éstas son prácticamente inaudibles. Pasando a o que es el apartado del artwork, su portada abstracta rezuma locura.
Repetitivos en su justa medida, y por supuesto abrasivos, son los riffs con los que os toparéis al darle al play a esta acometida. Los hallamos fluidos, disonantes y degenerados. Además, presentan pinceladas de dobles armonías.
Como comentaba un poco más arriba, los shrieks pasan no a un segundo plano, sino a un tercero. No hay uso de barítonos limpios ni nada que se le parezca. Aquí tan solo hay agresión.
En lo que a la percusión respecta, me ha llamado la atención los cambios rasantes de celeridad. Pasan de ir a medio gas a reventarnos con desgarradores blast beats en un segundo.
Destacaría la final ‘Beg’ por sus adictivas «hachas».
A priori no parece que ofrenden nada del otro mundo, mas os aseguro que nada más oigáis las primeras notas de música, pensaréis que estos tipos no son del montón. Dadle una oportunidad camaradas.
Nota: 7
Autor: Chus
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